Las reliquias de San Valentín, en Toro: el santo de los 'enamorados'

"Honrar al santo para impetrar el buen amor"

Las reliquias de San Valentín, en Toro

Las reliquias de San Valentín, en Toro / LOZ/Archivo

P. H. A.

San Valentín, sacerdote romano que vivió en el siglo III (fue decapitado por orden del emperador Aureliano), tiene su día hoy, 14 de febrero. Conoció la muerte por oficiar, secretamente, enlaces de jóvenes enamorados. No se sabe bien por qué, aunque existen hipótesis, un clérigo toresano tuvo la tentación de traerse las reliquias (en concreto, su cráneo) para su tierraPermanecen en la Colegiata de Santa María La Mayor. Debe recordarse que en algunos periodos históricos existió un exceso de fervor por las reliquias y se produjo un gran trasiego (incluso tráfico) de las mismasSe compraban, y a veces ocultaban el engaño, fácil en aquellas sociedades de fe ciega y semi analfabetismo.

Las reliquias de San Valentín, en Toro

Las reliquias de San Valentín, en Toro / LOZ/Archivo

Los restos del santo se guardan en una caja de plata, de forma ovalada, que se data en el siglo XVII. Algunas fuentes apuntan que Diego Enríquez, toresano y capellán del emperador Carlos I, trajo las reliquias a ToroFueron colocadas en la Colegiata en el mes de abril de 1545. Con posterioridad surgió la fundación de la cofradía que lleva el nombre del bienaventurado.

Las reliquias de San Valentín, en Toro

Las reliquias de San Valentín, en Toro / LOZ/Archivo

El templo toresano dispone de una capilla dedicada a San Valentín. Asimismo, cuenta con una imagen y una tabla del santo. La primera es obra de Pedro León Sedano, y data de 1788. La segunda pertenece a Baltasar Coca, y se fecha en el siglo XVII.

Las reliquias de San Valentín, en Toro

Las reliquias de San Valentín, en Toro / LOZ/Archivo

La Colegiata abre sus puertas, hoy, a los devotos que quieren venerar la reliquia. A los creyentes y a los curiosos. No faltan, dicen los toresanos, algunos turistas (de paso o de manera programada), tal vez enamorados, que se sienten interesados por la celebración. De aquel santo que perdió la cabeza por defender la fe y ayudar a los jóvenes enamorados.

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