De Toro a los confines de la Tierra para estudiar la influencia del cambio climático

El toresano Samuel García se desplazará a la Antártida y al Ártico para participar en dos proyectos de investigación que analizarán la amenaza de contaminantes y los efectos del calentamiento global en los ecosistemas acuáticos y terrestres de las zonas polares

El investigador toresano, prepara muestras en un laboratorio

El investigador toresano, prepara muestras en un laboratorio / Cedida

Estudiar la amenaza de contaminantes en los ecosistemas acuáticos y terrestres de la Península Antártica de Byers bajo la influencia de perturbaciones antropogénicas como el calentamiento global. Este es el objetivo del proyecto "Byepol", en el que participará el químico toresano Samuel García, aunque en 2025 también colaborará en otra campaña de investigación que se desarrollará en el Ártico.

El joven afronta con ilusión el reto profesional de permanecer un mes en la Antártida para poner en práctica su amplia formación en el marco del proyecto "Byepol" liderado por la investigadora del programa Ramón y Cajal, Ana Cabrerizo, que se ejecuta desde la Escuela de Ingenierías Agrarias de Soria, perteneciente a la Universidad de Valladolid.

García estudió un grado en Química en la Universidad de Salamanca, se especializó en el área de Química Analítica y cursó un máster en Química Supramolecular. Durante dos años trabajó como profesor asociado en el Departamento de Química Analítica en la Universidad de Salamanca. Posteriormente trabajó un año y medio con un contrato de investigación en el Grupo de Espectroscopía Analítica y Sensores de la Universidad de Zaragoza realizando análisis de nanomateriales y microplásticos.

En la actualidad, el joven investigador de 26 años está centrado en su tesis en Ingeniería Química y Ambiental basada en el estudio de la influencia del calentamiento global en el ciclo biogeoquímico de contaminantes orgánicos persistentes, de legado y otros más emergentes como los microplásticos, trabajo que en el nuevo año compaginará con los dos proyectos de investigación enfocados en la Antártida y en el Ártico.

El joven toresano posa junto al buque que trasladará el material de la campaña en la Antártida

El joven toresano posa junto al buque que trasladará el material de la campaña en la Antártida / Cedida

La primera parada de la expedición científica de la que formará parte el joven toresano es la Península de Byers, una Zona Antártica Especialmente Protegida situada en la Isla Livingston en la que, a diferencia del resto de la isla, cuando se produce el deshielo se forman ríos y lagos naturales.

García viajará este mes de enero a la Península Antártica en la que permanecerá un mes para, junto a otros investigadores, estudiar mediante trabajo de campo cómo el cambio climático está afectando al destino y removilización de contaminantes entre distintos compartimentos abióticos, a través del análisis y la interacción entre aire, suelos, sedimentos, aguas y cadenas tróficas.

En concreto, el proyecto "Byepol" analizará la amenaza de contaminantes orgánicos persistentes, de legado, y emergentes como los pesticidas organoclorados, aditivos de plásticos industriales o los retardantes de llama y microplásticos entre otros, en los ecosistemas acuáticos y terrestres de la Península de Byers, así como su interacción con las cadenas tróficas, bajo la influencia de perturbaciones antropogénicas. Y es que el aumento de las temperaturas como consecuencia del calentamiento global, que está afectando en gran medida a la Península Antártica conlleva la perturbación del ciclo del carbono, esencial para la regulación del clima global, y en consecuencia, de los ciclos biogeoquímicos de estos contaminantes.

Una de las premisas de las que parte el estudio es que los sedimentos de los lagos y los suelos son los principales reservorios de los contaminantes, todos ellos de origen antropogénico, que han llegado a la Antártida principalmente, por transporte atmosférico de larga distancia y posterior deposición. Por tanto, cualquier perturbación que afecte a estos depósitos provocará cambios en su transporte, destino y efectos a lo largo de las redes tróficas acuáticas.

Por los motivos expuestos, la campaña de investigación en la que participará el joven toresano se centrará en evaluar y cuantificar la carga de contaminantes ya almacenada en los suelos y sedimentos lacustres para poder predecir mejor su ciclo y su evolución futura en un escenario de calentamiento global.

Los objetivos prioritarios del proyecto "Byepol" son detectar la presencia de contaminantes de legado y emergentes y otros nuevos que pudieran haber llegado a la Península de Byers, además de estudiar los mecanismos de transporte hasta la Antártida y los procesos de bioacumulación, para lo que se analizarán las interacciones entre suelos, sedimentos, agua y cadenas tróficas en diferentes lagos, cómo se acoplan con el ciclo del carbono y cómo el cambio climático puede afectar a su destino y biodisponibilidad.

Series históricas

Sobre el terreno, los investigadores seleccionados para la campaña recogerán y analizarán, entre otras cosas, muestras de suelos, agua y testigos de sedimentos de diferentes lagos, con el fin de valorar los cambios ambientales y establecer series históricas de deposición de estos contaminantes.

En este sentido, García resaltó que los datos de campo recabados en la Península Antártica servirán para crear modelos medioambientales que permitirán entender mejor los procesos de transferencia de contaminantes y predecir posibles impactos futuros en otros ecosistemas vulnerables, además de potenciar la concienciación social sobre emisiones globales, con el fin de adoptar medidas que contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático, aunque los resultados obtenidos también se podrían aplicar en otros ámbitos.

Equipo y material que el investigador toresano utilizará en la campaña en la Antártida

Equipo y material que el investigador toresano utilizará en la campaña en la Antártida / Cedida

Por otra parte, el joven toresano reconoció que participar en la campaña Antártica española financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades supone una gran oportunidad para los investigadores seleccionados, que durante un mes convivirán en la Península de Byers, aunque previamente deberán adoptar una serie de "cuidados" que no sería necesario aplicar en otros ecosistemas. Así, como explicó, los investigadores no podrán desarrollar su trabajo o convivir en una base, dormirán en tiendas de campaña y comerán en un iglú.

Además, deben evitar la "contaminación", por lo que toda la ropa o las mochilas tendrán que ser previamente esterilizadas para "no aportar microorganismos" distintos a los que ya existen en la Península Antártica, al igual que los materiales y equipos empleados en la investigación y no dispondrán de aseos o duchas, por lo que tendrán que recoger todos los desechos orgánicos.

Guías de montaña

Dos guías acompañarán al equipo de investigadores a los lagos y montañas de la Península, parajes en los que recogerán las muestras para el estudio. En definitiva, los investigadores seleccionados para el proyecto se enfrentan a una "dura" experiencia para la que se han tenido que preparar físicamente, además de superar un exhaustivo reconocimiento médico y de ampliar su formación sobre primeros auxilios.

A pesar de la dureza de la campaña, para García el hecho de haber sido seleccionado para formar parte de la expedición científica supone un "privilegio", porque es un apasionado de la naturaleza y porque le permitirá poner en práctica su creciente inquietud por la investigación.

Y es que, desde que terminó la carrera tenía claro que no quería dedicarse a un "trabajo monótono" y, aunque la investigación "es muy dura", plantea "un desafío constante y diario" que le obliga a la "búsqueda continuada de soluciones". De hecho, cuando concluyó el máster surgió la posibilidad de trabajar y aplicar sus conocimientos en el campo de la investigación, que le permite desarrollar su propia línea de estudio, y que, a lo largo de este año, podrá aplicar en los ecosistemas antárticos y árticos.

Para el joven toresano, la investigación "es el pie de apoyo de la vida cotidiana" y, por tanto, un mayor bienestar de la sociedad depende de los avances que se consigan en este ámbito, en el que considera que sería necesario realizar un trabajo más amplio de divulgación.

No obstante, no cierra la puerta a otras opciones profesionales, especialmente después de su etapa como profesor asociado, aunque ahora su principal objetivo es disfrutar de la experiencia en la Antártida y, posteriormente en el Ártico, además de avanzar en la redacción de su tesis, ya que es consciente de que en un futuro le permitirá desarrollar su propia línea de investigación. García cuenta lo días para embarcarse en un viaje a la Antártida que le ayudará a "forjar su rumbo profesional" y a colaborar con una expedición científica que, en condiciones extremas, desarrollará un arduo trabajo para el que se siente preparado gracias a su formación y experiencia como químico e investigador.

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