El "refugio" en Zamora del candidato del PSOE a lehendakari "cuando ETA nos mataba"

Eneko Andueza mantiene un fuerte vínculo con Morales de Toro, el pueblo de sus "raíces", en el que su abuelo "Marusa" le inculcó los valores socialistas y su afición a los toros

El político asegura que si tras las elecciones del 21 de abril se convierte en el nuevo presidente del Gobierno Vasco seguirá disfrutando de su "pequeño paraíso" zamorano

Eneko Andueza (derecha) posa con su abuelo ya fallecido en una viña de Morales de Toro

Eneko Andueza (derecha) posa con su abuelo ya fallecido en una viña de Morales de Toro / Cedida E. A.

Morales de Toro fue el «refugio» en el que «tomaba oxígeno» para afrontar una época en la que «la vida era muy dura en el País Vasco» por los atentados de la banda terrorista ETA, que le obligaron a convivir con escolta durante nueve largos años.

Eneko Andueza Lorenzo es, además del candidato del PSOE a lehendakari en las elecciones que se celebrarán el 21 de abril, el «nieto de Marusa» y un vecino más de Morales de Toro, el pueblo zamorano al que regresa en vacaciones y en los puentes festivos para reencontrarse con sus raíces y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en su «pequeño paraíso».

Andueza nació en Eibar en 1979, es licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad del País Vasco y, con tan solo 17 años, se afilió al PSOE y a las Juventudes Socialistas de Euskadi.

Su abuelo, una de las personas «claves» en su vida, le inculcó los valores socialistas y, durante un mandato, fue concejal del Ayuntamiento de Ordizia, en el que cubrió una de las vacantes de compañeros que no pudieron ejercer el cargo por la presión de la violencia de ETA.

Tras desempeñar otras funciones en el partido, en 2021 fue elegido secretario general de los socialistas vascos y, tan solo tres años después, aspira a convertirse en el nuevo lehendakari.

Con su carácter afable y abierto, Andueza se ha ganado el cariño de los vecinos de Morales de Toro, el pueblo de sus abuelos del que se considera «uno más» y al que le une un «vínculo muy fuerte», porque «siento un inmenso orgullo de mis raíces" y "porque me gusta recordar de donde vengo para acordarme de quien soy».

A pesar de que en su carrera política ha alcanzado grandes logros y que aspira a convertirse en el nuevo presidente del Gobierno vasco, no olvida que «soy el nieto y el hijo de gente muy humilde que dejó su tierra para buscar un futuro mejor en el País Vasco».

Por encima de otros vínculos, recuerda la especial relación que mantenía con su abuelo, fallecido hace poco más de un año, porque fue uno de los pilares de su vida.

«Si soy quien soy y como soy», matiza, «es gracias a mi abuelo» que, junto a su abuela, se encargó de su cuidado cuando era un niño porque sus padres tenían que atender sus obligaciones laborales.

Durante esa convivencia, «Marusa» transmitió a su nieto la inquietud por unas ideas socialistas, que «siempre he defendido desde el respeto al diferente, la humildad y sin rencor», a pesar de tristes episodios que marcaron a su familia, como el asesinato de un tío durante la Guerra Civil.

El candidato a lehendakari en los brazos de su abuelo cuando era un niño

El candidato a lehendakari en los brazos de su abuelo cuando era un niño / Cedida E. A.

Del legado de vida de su abuelo, Andueza también ha heredado su pasión por los toros, a la que contribuyó la «desorbitada» afición que pervive en Morales de Toro, pueblo en el que sigue participando activamente en sus festejos taurinos y que califica como «peculiares» y en el que, cuando era un niño, jugaba con sus amigos a los «toros» con los cuernos de un astado disecado.

Esa afición aflora cada verano en las fiestas de Morales de Toro, en las que espera en el «portón» la salida de los toros desde el Ayuntamiento, experiencia que comparte con sus amigos de siempre.

Y es que, Andueza, es también un integrante más de la peña «El Mondongo», que en 2018 celebró su 25 aniversario, y en la que se reencuentra con amigos de «toda la vida» a los que también considera sus «mejores amigos», porque «con ellos he sufrido, pero también he sido y sigo siendo muy feliz; me aportan muchas cosas y sé que si me hacen falta estarán siempre para lo que necesite».

Eneko Andueza, tercero por la izquierda, posa con su cuadrilla de amigos

Eneko Andueza, tercero por la izquierda, posa con su cuadrilla de amigos / Cedida E. A.

En Morales de Toro, el candidato socialista a lehendakari también ha podido sentir en su piel la dureza del trabajo en el campo cuando ayudaba a su abuelo «Marusa» en las «pocas tierras que tenía» o en las de «Santiaguete», quien le contrataba los meses de verano para cosechar garbanzos o recolectar uvas en época de vendimia. Aunque reconoce que «siempre me ha gustado muchísimo el campo», aquellos veranos le enseñaron que «la vida puede ser muy dura y que había que estudiar para tener otras oportunidades».

No obstante, se siente «muy orgulloso» de aquella experiencia de juventud, en la que trabajó como labrador, el oficio de su abuelo y su bisabuelo, y siempre que puede recarga las pilas con largos paseos por el campo acompañado por su perro «Nero», que nació en Morales de Toro.

Durante sus estancias en el pueblo, Andueza se preocupa de problemas como la despoblación que, durante la campaña electoral ha podido constatar que también supone una amenaza en zonas como La Rioja alavesa o en entornos rurales del País Vasco.

El político vinculado a la provincia disfruta del campo en Morales de Toro

El político vinculado a la provincia disfruta del campo en Morales de Toro / Cedida E. A.

No obstante, reconoce que desde hace años se interesa por los problemas que afectan al conjunto de la ciudadanía, pero de forma especial los que preocupan a «mi gente», círculo en el que incluye a los vecinos de Morales de Toro, un pueblo al que siempre ha intentado ayudar a la hora de dar un mayor impulso a «alguna infraestructura» o resolver cuestiones que dependían de otras administraciones.

«Con mucho cariño» recuerda su participación activa en la reivindicación planteada para que el municipio contara con un acceso desde la autovía A-11, consciente de que «suponía mucho para mejorar la vida de mi gente y para que Morales de Toro siguiera siendo un pueblo vivo y muy activo, con un carácter propio muy marcado».

Si Andueza logra convertirse en el próximo lehendakari del País Vasco tiene claro que seguirá manteniendo el fuerte vínculo que le une a Morales de Toro porque, además de ser el lugar «en el que desconecto y respiro», no olvida que, en un pasado oscuro, «fue mi refugio cuando nos mataban y por eso seguirá siendo mi pequeño paraíso».

Sin poder contener las lágrimas, rememora con profundo dolor el asesinato perpetrado por ETA de otro «hijo» de Morales de Toro y gran amigo, Isaías Carrasco, al que vio morir. Aquella inolvidable y trágica experiencia le llevó a «escaparse cuando podía» al pueblo, en el que «tomaba el oxígeno» que necesitaba para seguir adelante.

El líder de los socialistas vascos, primero por la izquierda, disfruta de un festejo taurino en Morales

El líder de los socialistas vascos, primero por la izquierda, disfruta de un festejo taurino en Morales / Cedida E. A.

Esa conexión especial con Morales de Toro la ha vivido de cerca el alcalde, Luis Segovia, que además comparte vínculos familiares con Andueza. «Mi abuela y su abuelo» eran hermanos, explica Segovia, quien recuerda con cariño y afecto a «Marusa», el referente de Andueza, a quien definió como «un socialista de los de verdad» y un «gran luchador» que, en su juventud tuvo que emigrar al País Vasco «para sacar adelante a su familia».

Del candidato a lehendakari, el alcalde resalta por encima de otros valores su carácter abierto y afable, al margen de que es una persona que «sabe escuchar» y que se preocupa por conocer «las opiniones de la gente y por aportar ideas».

Pasión por los toros

«Es un vecino más de Morales de Toro», asegura Segovia, y «una persona que no ha cambiado» a pesar de sus importantes responsabilidades políticas. «Le gustan los toros y entiende mucho de toros», asegura el alcalde, afición que Andueza comparte con los vecinos de Morales de Toro y que ha plasmado en varios libros, «Dolores Aguirre, palabra de ganadera», «José Cruz. El sueño de Joselillo» o «Los toros desde la izquierda», en el que realiza un repaso al vínculo histórico y argumental entre la tauromaquia y el pensamiento ideológico de izquierdas.

También es el autor de «Jóvenes sin juventud», un libro en el que vuelve la vista al último periodo de ETA partiendo de su propia experiencia, primero como niño, luego como estudiante y finalmente como el adulto que, con entereza, plantó cara «a una realidad inaceptable».

Cada vez que regresa a Morales de Toro, además de olvidar la rutina y reencontrarse con su «gente», Andueza disfruta de una «buena tertulia» en el bar o de suculentas comidas que él mismo ayuda a preparar en el «merendero» en el que se reúne con los integrantes de su «cuadrilla», quienes le definen como «una persona campechana» y, sobre todo, «muy amigo de sus amigos».

Reciente visita

Su última visita al pueblo tuvo lugar la pasada Semana Santa, estancia en la que grabó un vídeo para una conocida red social en el que presume de unos orígenes de los que se siente «muy orgulloso».

Los vecinos de Morales de Toro estarán pendientes de los resultados de las elecciones del 21 de abril, en las que aquel niño que jugaba a los toros, el joven que recolectaba uvas en vendimia y el adulto que disfruta de su tiempo libre en el pueblo, logra el objetivo de convertirse en lehendakari del País Vasco tras recorrer un camino que no ha sido fácil y en el que ha tenido que torear los «rejonazos» de la vida.

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