Entrevista | José Ángel Hevia Gaitero

“La manera de conservar la autenticidad de la gaita en Aliste o Sanabria es ejemplar”

“La transmisión oral del folclore tradicional se ha perdido no solo por la despoblación sino por fenómenos como Internet”

José Ángel Hevia, músico y gaitero que el domingo actúa en el Teatro Latorre de Toro. | |  CEDIDA

José Ángel Hevia, músico y gaitero que el domingo actúa en el Teatro Latorre de Toro. | | CEDIDA / María Jesús Cachazo

El reconocido gaitero asturiano, José Ángel Hevia, ofrecerá el domingo 5 de febrero, a las 19.00 horas, un concierto en el Teatro Latorre de Toro. En su espectáculo, Hevia interpretará un repertorio para el que ha seleccionado temas muy conocidos y otros de sus últimos trabajos discográficos con la intención de conectar con el público, al que invita a disfrutar de un inolvidable viaje en el que la música tradicional será el hilo conductor.

–¿Cómo define el espectáculo que el domingo ofrece en Toro?

–Es un espectáculo de música con conexión. Una música que nos conecta a la raíz de cada uno en cualquier lugar porque, al final, algo que parece muy local como la música tradicional responde a los mismos mecanismos de comunicación entre el individuo y la comunidad, su tierra o su paisaje, y se puede trasladar a Zamora o a Japón. Si la gente se deja llevar por el viaje que supone esta música se comprende en cualquier parte.

–¿Ha sido complicado elegir el repertorio de obras que interpretará en el concierto que ofrecerá en Toro?

– Cuando te haces un poco mayor, tengo 55 años y llevo tocando la gaita unos 45, lo difícil es descartar piezas. He intentado quedarme con aquellas que pueden tener un mayor enganche. Lo más difícil es descartar temas que me gustaría tocar, pero es mejor no alargarme demasiado y ofrecer lo justo.

"El disco "Tierra de nadie" supuso la oportunidad de empezar a vivir de la gaita desde el escenario"

–Con “Tierra de nadie” logró un destacado reconocimiento a todos los niveles, ¿qué supuso ese disco en su carrera?

–“Tierra de nadie” supuso la oportunidad de dejar de vivir del instrumento, desde el punto de vista de la enseñanza y de la dirección de agrupaciones, para poder empezar a vivir del instrumento desde el escenario y tocando.

–¿Cómo ha evolucionado su música desde “Tierra de nadie”?

–En la música hay que hacer lo que te apetece, en el momento que te apetece. Desde “Tierra de nadie” han pasado ya 25 años y, desde entonces, me he acercado, por ejemplo, a las músicas del Caribe en el último disco y a las músicas que los gaiteros que emigraron se llevaron y después trajeron, tales como rumbas, merengues o habaneras, músicas de ida y vuelta. En este momento, además del espectáculo que vamos a presentar en Toro, también estamos atendiendo mucho a nuestro origen, me refiero al de María José, mi hermana, y al mío, que es la música más tradicional hecha con pocos instrumentos y sin más aditamentos electrónicos. En este sentido, también estamos girando con el proyecto “La Conferencia”, que tiene que ver con esa música tradicional. Creo que hay que hacer lo que te apetece en cada momento y no hay que plantearse si tienes que encasillarte en un género o ser fiel a una estética determinada.

"En la música hay que hacer lo que te apetece, en el momento que te apetece"

–¿La versatilidad de la gaita permite adaptar su sonido a otros géneros?

–Hay que dejarse llevar. Los gaiteros antiguos no se planteaban que hacían folclore. Lo del folclore y la seña de identidad llegaron después. Antiguamente se tocaba la música viva del momento, y cuando se pusieron de moda las polcas empezaron a tocarlas y sucedió lo mismo con los pasodobles en España. Si te aproximas a los instrumentos de esa forma es bastante fácil que la gaita conviva con otros.

–¿Qué matices aporta a su música la gaita electrónica que usted inventó?

–Durante una buena temporada en mi carrera fue la base de mi discurso. Con la gaita electrónica intento llegar allí donde no llega una tradicional, aunque no nació para sustituirla, sino para que el gaitero pueda, con su propia técnica de instrumento, abarcar otros campos que antiguamente no desarrollaba. La gaita electrónica aporta texturas y sonidos nuevos, al margen de posibilidades musicales a las que no llegaba la tradicional.

"Con la gaita electrónica intento llegar allí donde no llega una tradicional"

–¿Qué diferencia a la gaita asturiana de la que se toca en otras zonas como Zamora o Galicia?

–En principio, son muy parecidas. Si pones una gaita sanabresa o alistana al lado de una asturiana o gallega y se la muestras a un holandés le van a parecer muy similares. Sin embargo, desde la perspectiva de las distintas tierras tienen sus diferencias. En Aliste y Sanabria hay una gaita con una conservación característica de las escalas que tocaban los gaiteros antiguos y un modelo de conservación de esa estética. Esas escalas y esa manera de hacer es ejemplar, porque es una de las gaitas mejor conservadas de España, gracias también a la labor de Alberto Jambrina o Pablo Madrid con la percusión. Creo que la manera de conservar la autenticidad de la gaita en Aliste o Sanabria es ejemplar. En Galicia, hay un gran desarrollo de la gaita, especialmente en los últimos 50 años, que la ha convertido en un instrumento muy respetado. En Asturias, intentamos la profesionalización de la gaita desde hace al menos 40 años y se ha conseguido que un niño pueda decir a sus padres que de mayor quiere ser gaitero, por lo que se ha convertido en una profesión.

–Por lo que cuenta, conoce el folclore que se conserva en la provincia de Zamora...

–No solo lo conozco, sino que lo respeto muchísimo, porque Zamora es una zona riquísima en folclore. Hay que tener en cuenta que tenemos hasta gaita gallega en Lubián y, precisamente en Toro va a estar la Banda “As Portelas” de Lubián con nosotros en el escenario, así como los profesores de dulzaina y percusión de la Escuela de Toro, Marcos García y Sofía Gago.

–¿Problemas como la despoblación ponen en peligro un patrimonio tan rico como el folclore tradicional?

–Felizmente está muy documentado con trabajos de profesionales y hay archivos que han puesto a salvo ese patrimonio etnográfico. Lo más difícil es que ese patrimonio esté vivo en la España Vaciada. Que esté vivo significa que se transmite de generación en generación y que los abuelos cantan las canciones reiteradamente en las cocinas de antaño hasta que las absorben los nietos. Esa transmisión oral del folclore tradicional la hemos perdido, no solo por la despoblación sino por fenómenos como Internet. Hoy en día los niños ya no escuchan cantar a los abuelos en la cocina, juegan con los Pokémon en la Nintendo. Esa transmisión oral la hemos perdido y es irrecuperable. Sin embargo, el trabajo de eruditos, a veces aficionados, a veces entusiastas y a veces etnógrafos cualificados, está permitiendo que ese patrimonio se recoja y que no se pierda y que, por lo menos, históricamente tengamos testimonio de ello.

"Los niños ya no escuchan cantar a los abuelos en la cocina, juegan con los Pokémon en la Nintendo."

–¿Con su música ha contribuido a preservar ese patrimonio?

–Considero que no contribuyo a esa conservación, pero sí a su difusión. Soy un difusor y un usuario del folclore, pero no un investigador hacia el pasado. En los años 80 perseguía a los gaiteros con un radio cassette para grabar alguna jota o muñeira antigua y ahora soy uno de esos que cuenta a los jóvenes las anécdotas de los viejos. Por tanto, soy un eslabón, pero no soy un gran investigador metódico o archivero del folclore.

–Toro ha apostado por la cultura como elemento de dinamización económica y de desarrollo, ¿cómo valora esa apuesta?

–Cada vez que un fenómeno ligado a la cultura tradicional ha tenido cierto éxito se ha demostrado que no es solo romanticismo, sino que también es economía. Ante cualquier iniciativa ligada a la tradición o la etnografía que tiene un poco de éxito parece que la gente se sorprende, pero al final lo que hace es demostrar que también es economía y desarrollo.

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