El refugio de los animales abandonados de Toro "tirita" por el frío y los cortes de luz

La asociación de voluntarios precisa cajas de poliespan, mantas o casetas para proteger a los animales de las bajas temperaturas

Instalaciones del refugio de los animales abandonados en Toro

Instalaciones del refugio de los animales abandonados en Toro / M. J. C.

La asociación de voluntarios que se encarga del cuidado de los animales abandonados en Toro ha realizado un llamamiento a la colaboración, porque precisa materiales y prendas que puedan aportar calor a los animales recogidos en el refugio. Y es que, desde hace más de veinte días, las instalaciones carecen de electricidad por las tardes y noches, así como los fines de semana, a lo que se suman las bajas temperaturas registradas en los últimos días.

La asociación reconoce las dificultades para “atender” el refugio, porque los cortes "inexplicables" del suministro eléctrico complica el trabajo de los voluntarios. Además, recordó que, aunque el refugio carece de calefactores, sí dispone de un frigorífico y lavadoras, electrodomésticos que no pueden utilizar los voluntarios, lo que provoca una gran acumulación de prendas que utilizan para cuidar a los animales que no pueden ser lavadas.

A estas dificultades, por el frío y la humedad, los perros atendidos en el refugio “no quieren entrar dentro de sus habitaciones”, estancias en las que, además, “tienen que pasar demasiadas horas encerrados”, ya que sus salidas dependen de la disponibilidad de los voluntarios.

Ante esta situación, la asociación ha solicitado colaboración, ya que precisa cajas de poliespan, mantas o casetas, materiales necesarios para que los animales puedan refugiarse del frío y la humedad. Además, los voluntarios necesitan linternas para poder moverse por el refugio instalado en el “antiguo matadero” de Toro, ya que, durante buena parte de los días laborables y fines de semana, las instalaciones no disponen de suministro eléctrico.

Por otra parte, la asociación ha agradecido la reciente donación de garrafas llenas de agua trasladadas al refugio desde la localidad de Valdefinjas. Las garrafas fueron depositadas en las puertas del refugio, agua necesaria para dar de beber a los animales a los que los voluntarios no proporcionaban la de la red municipal de abastecimiento desde que se detectaran elevados niveles de arsénico, que han obligado a declararla no apta para el consumo.