El mensaje que cala en Toro: "Un animal no es un juguete”

La asociación de voluntarios celebra una campaña para recordar que los perros y gatos que se regalan y adoptan "no son un capricho"

Voluntarios de la asociación posan con perros que esperan ser adoptados

Voluntarios de la asociación posan con perros que esperan ser adoptados / M. J. C.

“Un animal no es un juguete”. Este es el mensaje que transmitió la asociación de voluntarios de animales abandonados de Toro, en una campaña desarrollada en la Plaza Mayor para concienciar a los vecinos sobre la importancia de no regalar ni adoptar mascotas en Navidad y evitar que, pasado un tiempo, sean abandonadas.

“Un animal es un compañero para toda la vida y no un capricho que cuando pasan unos meses se abandona”, apuntaron responsables de la asociación. Para que calara hondo su mensaje, los voluntarios organizaron diferentes actividades como decorar un árbol de Navidad colgando una bola con las fotografías de los animales que esperan su adopción en la perrera o en el refugio de Toro.

Del mismo modo, los participantes pudieron escribir una carta a los Reyes Magos en la que plasmaron los mejores deseos para sus mascotas, cartas que fueron depositadas en el buzón real. En el marco de la campaña, la asociación también instaló un mercadillo solidario y todo el dinero recaudado con la venta de artículos será destinado a atender las necesidades básicas de los animales recogidos y a sus cuidados veterinarios.

La campaña se desarrolló en un ambiente festivo, en el que los participantes también pudieron degustar un chocolate con churros o adquirir rifas para el sorteo de una cesta navideña.

Mercadillo solidario instalado por la asociación en la Plaza Mayor de Toro

Mercadillo solidario instalado por la asociación en la Plaza Mayor de Toro / M. J. C.

En la actualidad, la asociación atiende a 38 gatos en el refugio, mientras que otros cuatro reciben cuidados en casas de acogida, aunque también cuida ocho perros. La asociación asegura “estar desbordada” y precisa la ayuda de “más voluntarios” para poder atender a los animales recogidos después de ser abandonados y que, en el refugio o en la perrera, esperan ser adoptados para disfrutar de una nueva vida.