El Observatorio Turístico de las Rutas del Vino de España y la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) han celebrado este Día Mundial del Enoturismo (segundo domingo de cada noviembre) divulgando los datos sobre el perfil del enoturista, que se corresponde a un gasto medio alto y con cada vez más mujeres, que ya suponen el 61 % de los turistas vinculados al vino.

Por edades, el grupo predominante pues aglutina el 40 % de los viajeros se sitúa entre los 46 y los 65 años, lo que explica en cierta manera también el presupuesto que se destina a estas escapadas.

Y es que el gasto medio ha experimentado un crecimiento nunca visto tras la pandemia y se sitúa en 199 euros por persona y día con estancia medias que se acercan a las dos jornadas y media.

Sólo en bodegas y museos vinculados a la cultura del vino, los enoturistas gastaron en 2021 un total de 54,3 millones de euros, a lo que hay que sumar otros gastos en destino como los derivados del alojamiento, la restauración o las compras.

De ahí que el impacto económico se sitúe en unos 160 millones según los propios cálculos de esta Asociación.

Dos de cada tres viajeros del vino pernocta en el lugar de visita, principalmente en hoteles de cuatro estrellas que son los favoritos (27 %), seguidos de los alojamientos rurales (21 %).

El turismo rural fue uno de los que menos sufrió en pandemia e incluso se “benefició” de las restricciones al acoger a viajeros que solían viajar a otros destinos más lejanos o masificados.

En el caso del turismo vinculado al vino, según el análisis del último semestre de 2021 y el primero de 2022, confirma su tendencia positiva en todos sus registros.

Han vuelto en parte los viajeros internacionales, pero siguen siendo minoritarios y apenas suponen un 15%.

Sin duda, uno de los momentos más elegidos para reconocer la riqueza del vino en España son los meses desde agosto a octubre, coincidiendo con el periodo de vendimia.