“La Iberoamericana” no es solo una exposición revolucionaria y un escaparate del talento de 35 mujeres artistas. Su celebración en Toro ha servido también para impulsar la rehabilitación de históricos edificios, que han sido elegidos como sedes para la segunda edición de la muestra.
Las 125 obras aportadas por artistas de España, Perú, México, Cuba, Portugal y Ecuador se exhiben en seis sedes, templos y edificios civiles, que forman parte del patrimonio de Toro y que, en algunos casos, permanecen cerrados el resto del año. Por tanto, “La Iberoamericana” también regala a los visitantes la posibilidad de descubrir, recorrer y admirar monumentos que forman parte de la historia de la ciudad y que, hasta el 16 de octubre, mantendrán sus puertas abiertas, tras ser adaptados como espacios expositivos y custodiar las obras de las artistas participantes en la exposición.
El proyecto museístico diseñado para “La Iberoamericana” ha obligado al Ayuntamiento a intensificar en los últimos meses los trabajos de adaptación de monumentos tan importantes en la historia de Toro como el Alcázar. En la fortaleza se ha recuperado una estancia en la que, a principios de 2021, se derrumbó una falsa bóveda, que obligó a desalojar a una agrupación musical que la utilizaba como local de ensayo.
Tras realizar un estudio sobre la procedencia de la humedad que provocó el desplome de la bóveda y picar el hormigón, quedaron a la vista unos sillares, que combinan a la perfección con las obras de arte que se exhiben en la estancia recuperada. Otras dos salas del Alcázar también han sido adaptadas para la exposición y, en el Alcázar, los visitantes podrán admirar piezas de las artistas Ana Mendieta, Glenda León, Lorena Gutiérrez y Mónica Dower.
Uno de los edificios históricos al que turistas y algunos vecinos accederán por primera vez si visitan “La Iberoamericana” es la iglesia de La Concepción, un templo de titularidad municipal relegado al olvido durante muchos años y en el que ha sido necesario ejecutar varias intervenciones para garantizar su conservación y para, en un futuro, acoger el Museo de la Ciudad.
Tras una deficiente rehabilitación de la cubierta en la década de los 90, el Ayuntamiento no solo ha tenido que restaurarla de nuevo por el riesgo de hundimiento, sino que también ha llevado a cabo otras actuaciones en el interior de la iglesia, con las que ha logrado el objetivo de dignificarla.
De hecho, los visitantes que por primera vez acceden al interior del templo se sorprenden con el resultado de la intervención que, tras la clausura de la muestra de arte contemporáneo, permitirá readaptarlo como Museo para exhibir fondos municipales y de la Fundación González Allende, e incorporarlo al circuito turístico de la ciudad.
En concreto, en La Concepción se han adecuado unos aseos adaptados, aunque también se ha mejorado la accesibilidad con la instalación de una rampa en un lateral de la fachada. También se ha llevado a cabo la restauración de una portada, en la que ha sido necesario reponer sillares y reintegrar molduras que, por el paso del tiempo, presentaban un notable deterioro. Del mismo modo, se han llevado a cabo trabajos de pintura o carpintería y se ha renovado el sistema de iluminación, por lo que el templo está preparado para convertirse en un espacio expositivo de primer orden.
Otro de los edificios históricos que, gracias a “La Iberoamericana” pueden visitar los turistas, es el Hospital de la Cruz, fundado hace 500 años por el obispo Juan Rodríguez de Fonseca. En una efeméride tan especial, el inmueble ha abierto de par en par sus puertas para recibir a los visitantes de “La Iberoamericana”, aunque para facilitar la accesibilidad ha sido necesario adecuar una rampa. Dos sedes de la exposición, de propiedad particular, se han incorporado al recorrido por “La Iberoamericana”, lo que ha permitido su apertura al turismo. Así, los visitantes que recalen en Toro para admirar la muestra podrán descubrir la belleza de la iglesia de San Agustín o de la antigua capilla Mercedaria. El circuito por las diferentes sedes lo completa la Casa Municipal de Cultura, ubicada en el antiguo palacio de los Marqueses de Castrillo, en la que los turistas podrán recorrer uno de sus espacios dedicados a exposiciones.
En definitiva, “La Iberoamericana” no solo ha convertido a Toro en un referente del arte contemporáneo y en un símbolo de la lucha por la igualdad, sino que también ha contribuido a preservar y dignificar su valioso patrimonio.
