En una intensa jornada, la ministra de Industria, Reyes Maroto, se reunió con los trabajadores de las fábricas de Siro en Castilla y León para informar sobre el plan de competitividad, que se concretará el lunes y que, en principio, supondrá habilitar, “de forma inminente”, una partida de 130 millones de euros.

De esa inyección económica inicial, 80 millones de euros se destinarán al pago a proveedores y otros 50 a abonar las nóminas a los empleados de Siro, aunque, en un plazo de dos años, está previsto ampliar la inversión para acometer un plan de modernización de las fábricas.

La ministra realizó la primera parada en Toro para participar en la asamblea con los trabajadores y fue recibida con aplausos por parte de los vecinos que se congregaron en las inmediaciones del Teatro Latorre, conscientes de la importancia para la ciudad de la fábrica de Siro.

“Estamos aquí para ayudar”, subrayó Maroto, quien remarcó que, desde febrero, el ministerio trabaja para buscar la viabilidad financiera de la empresa, pero también en un plan laboral, del que depende el futuro de 1.700 familias en Castilla y León. La ministra fue tajante al afirmar que, para Siro “no hay una segunda alternativa, hablamos de futuro o de cerrar la empresa”.

Maroto, acompañada por Tomás del Bien, Antidio Fagúndez y otros cargos del PSOE llega al Teatro Latorre M. J. C.

Aclaró la ministra que el plan industrial propuesto ofrece “garantías” de futuro porque, en el caso de Siro, el objetivo “no es parar una hemorragia”, sino contener la viabilidad de la empresa que, en la actualidad, carece de liquidez para hacer frente al pago a proveedores y las nóminas de los trabajadores y que, de no sellar un acuerdo definitivo, “entraría en quiebra el 19 de junio”.

Además Maroto que, en las últimas horas, se han incorporado algunas mejoras a la oferta inicial del inversor, en la que se han incluido reivindicaciones laborales de los trabajadores relacionadas con la pérdida del poder adquisitivo durante cuatro años de contención salarial o las bajas incentivadas.

Además, calificó de “muy importante” el esfuerzo realizado por el inversor, centrado en incrementar el plan de inversiones que va a permitir “hablar de futuro” y de que los trabajadores puedan conseguir diversas mejoras laborales, en un convenio que tendrán que negociar con el nuevo socio, objetivos que se podrán conseguir si la empresa comienza a “tener beneficios” que le permitan iniciar la senda de la recuperación.

Por otra parte, la ministra subrayó que, en el caso de Siro, el ministerio de Industria “vela” por proteger el empleo y las capacidades industriales de unas plantas que se enmarcan dentro del “reto demográfico”.

Asimismo, resaltó la importancia que el Gobierno confiere a que la reindustrialización llegue al medio rural, en el que “las alternativas son pocas”.

La ministra de Industria saluda a cargos del PSOE en la provincia de Zamora M. J. C:

Fondos de Turquía y Estados Unidos

¿Quiénes son los nuevos inversores de Siro? Poca información ha trascendido de los fondos de inversión que, con su inyección económica, reflotarán una compañía abocada al concurso de acreedores.

La búsqueda de Siro de un inversor fructificó el 18 de mayo en un “acuerdo marco” con dos fondos de capital riesgo, el turco Afendis Capital Management, y el estadounidense Davidson Kempner.

Tras la paralización de la actividad de las fábricas de Siro el pasado 3 de junio, los fondos plantearon una nueva oferta que, finalmente, propició un preacuerdo supeditado al apoyo de los trabajadores al plan de competitividad que, finalmente, ha sido aprobado.

Los dos fondos internacionales son socios operativos en negocios alimentarios y farmacéuticos con experiencia en inversión, reestructuración, integración de plantas de fabricación y redes de distribución.

Afendis, es un fondo de capital privado con sede en Estambul (Turquía), mientras que Davidson Kempner es una firma de inversiones con más de 34.000 millones de dólares en activos bajo gestión. Su sede está ubicada en Nueva York y, en 2018, fue calificado como el noveno fondo de cobertura más grande del mundo.

Hace dos años, Davidson Kempner rescató a Virgin Atlantic Airways con 170 millones de dólares de fondos de emergencia, para ayudar a compensar el impacto económico de la pandemia en la aerolínea.