Las próximas horas son decisivas para el futuro de la fábrica de Siro, cuyo comité de empresa ha acusado a la compañía de "aprovecharse de la desindustrialización" de la comarca de Toro para que los trabajadores pierdan poder adquisitivo.

Los más de 300 empleados de la planta toresana decidirán este martes, 31 de mayo, si apoyan o no el plan de mejora de la competitividad que pretende aplicar la compañía y que es una de las condiciones impuestas por los fondos internacionales Afendis y Davidson Kempner para inyectar 180 millones de euros y asumir el 75% del accionariado del grupo.

El 31 de mayo concluye el plazo concedido para que las plantillas de las fábricas de Siro decidan si aprueban o no el plan de mejora de la competitividad y que, por el momento, solo ha sido respaldado por los trabajadores de la planta de Aguilar de Campoo, mientras que los de Venta de Baños lo han rechazado y, los de Toro se pronunciarán este martes en las asambleas convocadas en los diferentes turnos de trabajo.

No obstante, a la espera de conocer el resultado de la votación, el comité de empresa ha reiterado, en contra de lo afirmado por el presidente de la compañía, Juan Manuel González Serna, que el plan de mejora de la competitividad propuesto para la planta de Toro supondrá la supresión de derechos laborales como la antigüedad, así como la pérdida de poder adquisitivo o la ampliación de la jornada laboral.

En cuanto al salario que percibirían los empleados, el comité de empresa matizó que el plan de mejora de la competitividad no solo supondría un recorte de salario, sino también “lo que vamos a dejar de ganar”.

Por último, los representantes sindicales de los trabajadores de la factoría de Siro en Toro reiteraron que el origen de la situación actual de la compañía “es su mala gestión”.