La autovía A-11 a su paso por Zamora sigue siendo un foco para la dispersión de la plaga de conejos que afecta a la agricultura, especialmente a aquellos profesionales que cultivan las parcelas más cercanas a las cunetas.
Las zonas valladas en los márgenes de las autovías actúan como un “reservorio” de la especie. La actividad cinegética está prohibida en estas zonas por cuestiones de seguridad, por lo que en ellas el conejo se escapa al control poblacional que podrían ejercer los cazadores, y es por ello donde más abundan las madrigueras.
Junto a la A-11 estos pequeños mamíferos no solo encuentran un refugio donde están a salvo de las escopetas, sino que además disponen junto a sus madrigueras de una fuente ilimitada de alimento: lo que siembran los agricultores al otro lado de las vallas.
“Nunca ha dejado de haber conejos en el talud de la autovía desde que la construyeron”, asegura a este diario Pablo Domínguez, agricultor de Morales de Toro y presidente de la Junta Agropecuaria Local. Sin embargo, hay periodos en los que la población se descontrola, creando una situación insostenible para los profesionales de la agricultura.
El caso de Tordesillas
Eso sucedió a pocos kilómetros de Morales hace algunas semanas. La organización agraria Asaja Valladolid cifraba en 500 euros por hectárea los daños que los conejos habían producido en las zonas sembradas de cereal más cercanas a la autovía entre Tordesillas y Villaester, incluyendo los términos de Bercero, Villavieja del Cerro, Torrecilla de la Abadesa y Villalar de los Comuneros. Esta OPA pedía al Ministerio de Transportes (antiguo Fomento) que tomara medidas para acabar con esta plaga, ya que los cazadores no tienen permitido disparar cerca de la autovía, y el vallado de la misma también impide practicar la caza del conejo con hurón.
Cuando se descontrola la población del conejo de monte, la plaga va extendiéndose en el territorio y era cuestión de tiempo que también afectara a la provincia de Zamora. Varios agricultores de Morales de Toro ya han notado la desagradable visita de estos mamíferos lepóridos en parcelas sembradas de cereales y en las de herbáceas.
Ruegos a Fomento
Si Fomento no actúa ya, la situación podría empeorar, como ha sucedido otros años en Morales de Toro, cuando los conejos no solo provocaron daños en cereales y herbáceas, sino también en los viñedos de esta zona incluida en la Denominación de Origen Toro.
Que los conejos utilizan los taludes sobre los que se construyen las autovías como “corredores de dispersión”, así como los daños que esto supone para los agricultores en los municipios cercanos a las autovías es un fenómeno corroborado en numerosos estudios científicos, como uno publicado por las universidades de Córdoba y Málaga. En el caso de Andalucía, se observó que el conejo abunda especialmente en las autovías que atraviesan explotaciones de olivar.
El problema del conejo en la A-11 no parará ni en la provincia de Valladolid, ni tampoco en Morales de Toro. En el término municipal de Zamora los agricultores del paraje de Valdelagallina también denunciaban los daños ocasionados por los conejos que habitan en los terraplenes de la autovía y COAG exigía el control de la especie en estos reservorios, la limpieza de vegetación en los taludes, y también la instalación de cerramientos protectores con vallado de refuerzo, como puede ser la malla conejera o gallinera, en puntos concretos y de alta densidad de huras.
Además la organización agraria exigió compensaciones económicas a los agricultores por los daños ya provocados por los conejos en sus cultivos.
