Pocas horas después de que el Ayuntamiento realizara una llamamiento a la colaboración para encontrar a los novios de la gran boda de carnaval dos amigos, Carlos Serrano e Inmaculada Guerra, han aceptado el reto y se convertirán en los protagonistas del enlace del Domingo Gordo.

Los dos amigos se han ofrecido a la concejalía de Fiestas para participar en la boda de carnaval, con el objetivo de contribuir a que no se pierda una de las tradiciones más arraigadas en la ciudad y uno de los actos más singulares de cuantos se organizan con motivo de las fiestas.

De hecho, los novios "por un día" han reconocido que "estamos muy emocionados" porque se sienten "muy carnavaleros" y que la boda del Domingo Gordo es un evento "único" que tan solo se celebra en los antruejos toresanos, de ahí la importancia de conservarlo.

Inmaculada Guerra nació en Toro y, además de participar activamente en las fiestas de carnaval, también es la presidenta de la cofradía de la patrona de la ciudad y su alfoz, la Virgen del Canto.

Al enlace carnavalero acudirá acompañada por Carlos Serrano, natural de Pereruela, pero que vive intensamente los antruejos toresanos y que pertenece a un grupo de bailes tradicionales.

El Ayuntamiento realizó a primera hora de este miércoles un llamamiento a la colaboración después de contactar sin éxito con numerosas personas para poder organizar el enlace e incluso anunció su intención de "facilitar todo lo relativo a la vestimenta y el ritual".

Pocas horas después, Carlos Serrano e Inmaculada Guerra, se prestaron a colaborar en un acto tan enraizado en los antruejos toresanos.

El enlace matrimonial del carnaval de Toro es uno de sus actos más singulares de las fiestas y su origen se remonta a finales del siglo XVIII y principios del XIX

Ya en los años 20, la boda se convirtió en un acto muy popular para el que los toresanos rescataban de sus baúles y armarios trajes tradicionales e incluso se celebraban tres enlaces en el Casino, la antigua Cámara Agraria y el liceo del Teatro Latorre que, entonces, eran las sedes de “señoritos”, labradores y artesanos, respectivamente.

Posteriormente, en los años 80, el Ayuntamiento decidió asumir la organización de la gran boda de carnaval y, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los eventos más participativos y atractivos de cuantos se celebran en las fiestas. 

Desde entonces, cada Domingo Gordo, Toro revive una boda que suscita mucho interés y que se ha consolidado como uno de los actos más atractivos de sus fiestas de carnaval.

Además del enlace, que se oficia en el Ayuntamiento, los novios e invitados también desfilan por las calles de la ciudad ataviados a la antigua usanza y disfrutan de un animado baile y del convite de boda.