En la festividad de la Inmaculada Concepción, los toresanos cumplieron con la tradición de venerar a Nuestra Señora de las Angustias en su Soledad, en un “Besamanos” atípico en el que la pandemia obligó, por segundo año consecutivo, a sustituir las muestras de cariño por solidaridad.

Las cofradías de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla y de la Virgen de la Soledad organizaron el “Besamanos” en el que, ante la necesidad de respetar las normas sanitarias para evitar contagios, los fieles devotos no pudieron besar la imagen, perodemostraron su solidaridad donando alimentos no perecederos y productos de higiene, que serán entregados a Cruz Roja para su posterior reparto entre familias necesitadas.

La iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina acogió el “Besamanos” en el que la Virgen de la Soledad, engalanada con sus ropajes más preciados, presidió el altar mayor y las cofradías generaron un ambiente propicio para el recogimiento y el rezo en la intimidad.

El acto del “Besamanos” fue clausurado con el rezo del Ángelus y el canto del Himno de la Coronación de la Virgen de la Soledad, a cargo de la asociación musical “La Mayor” de Toro.