Aunque por prudencia Toro ha suspendido este año el desfile de carros engalanados, la Vendimia se ha convertido en un destacado revulsivo para el turismo y en una de las fiestas, junto con los carnavales, con la que más se identifican los toresanos.

Desde que el pasado jueves el artista toresano, Jesús Pinilla, inaugurara la fiesta con su entrañable pregón, miles de personas se han desplazado a Toro para disfrutar de la amplia variedad de actos organizados por la concejalía de Festejos y degustar el maridaje de los vinos de la Denominación de Origen con la gastronomía toresana.

El próximo año se cumplirá medio siglo desde que, en 1972 y de forma casi espontánea, un pequeño grupo de personas decidiera recorrer las calles de la ciudad con dos carretas tiradas por tractores y que supuso el origen de la fiesta de la Vendimia, declarada de Interés Turístico Regional en 2003.

Carros engalanados en la plaza de La Glorieta para recordar el desfile. | M. J. C.

En la edición celebrada en 2009, el programa oficial de actos recordaba que la historia de la fiesta de la Vendimia en Toro “comienza exclusivamente con la palabra Cirilo”, mote familiar de Rafael Martín Garduño, a quien se atribuye que pusiera en movimiento el primer carro engalanado suscitando la admiración de los toresanos porque, ya por entonces, carros y mulas habían perdido la batalla del acarreo y del transporte.

Desde 1972 el desfile de carros se ha convertido en el acto central de la Vendimia, aunque este año, por la pandemia, la cautela se ha impuesto a las ganas de volver a engalanarlos con uvas o utensilios propios de la recolección del fruto y recorrer las calles en un desfile que, en ediciones anteriores, ha congregado a más de 30.000 personas.

Para aliviar la nostalgia de no poder revivir el desfile la concejalía de Festejos exhibió el domingo dos carros engalanados en la Glorieta.

No obstante, el deseo de revivir la fiesta ha quedado patente en las calles de Toro durante el fin de semana y miles de personas han visitado el mercado medieval y han disfrutado de catas, el certamen de pintura, el festival “Zarandafolk” y han degustado los vinos y la gastronomía de la tierra en los establecimientos hosteleros y las casetas instaladas en San Francisco.

Malabaristas animan las calles de la ciudad con su espectáculo. | M. J. C.

La Oficina Municipal de Turismo ha registrado durante el fin de semana una masiva afluencia de visitantes que solicitan información sobre qué ver y qué hacer durante las fiestas, aunque también se han completado todas las visitas guiadas organizadas por el Ayuntamiento para mostrar el patrimonio artístico que atesora Toro.

Otro matiz a destacar de la fiesta de la Vendimia es que se ha convertido en un escaparate perfecto para promocionar los vinos de Toro, ya que durante los días de celebración toresanos y visitantes dan buena cuenta del buque insignia de una tierra que ha depositado en sus tintos, blancos y rosados una esperanza cada vez más firme de desarrollo y de futuro.