Divulgar las excelencias de las variedades de uva de y de los vinos que se elaboran en la Denominación de Origen Toro. Con este objetivo, el veedor del Consejo Regulador, Carlos Gallego, dirigió una nueva edición de la cata de vinos de la fiesta de la Vendimia que, un año más, despertó la curiosidad de aficionados interesados en ampliar sus conocimientos sobre los tintos y blancos de la zona y las variedades que se emplean en su producción y de aquellos que mantienen viva la tradición de elaborar vinos caseros.

Durante la cata que se celebró en el liceo del Teatro Latorre, los participantes cataron un blanco elaborado con la variedad malvasía castellana, un vino rosado y cuatro tintos. Como novedad, la cata permitió a los asistentes probar un vino verdejo y un rosado, elaborado en parte con uvas tintas garnacha, que no han completado la fermentación.

Además de explicar las características y singularidades propias de la Denominación de Origen Toro, tales como los diferentes tipos de suelos en los que se cultivan los viñedos, las variedades de uva o los distintos tipos de vino joven, roble, crianza y reserva, que producen las bodegas, Gallego también explicó a los participantes que, este año, el Consejo Regulador ha autorizado la elaboración de tintos monovarietales con garnacha que, el próximo año, espera incorporar a las muestras elegidas para la cata de las fiestas, ya que varias bodegas han decidido apostar por lanzar al mercado caldos elaborados de forma exclusiva con la citada variedad tinta de uva.

Para complementar las nociones teóricas, el veedor del Consejo Regulador mostró a los catadores aficionados y aprendices de enólogos las diferencias entre las hojas o los racimos de uva de las dos variedades tintas con las que se elaboran vinos amparados por el sello de calidad toresano, además de destacar que, en ambos casos, el ciclo vegetativo y el proceso de maduración del fruto es distinto, al igual que su carga polifenólica, características que aportan matices diferentes a los vinos.

Carlos Gallego, de pie, muestra a los participantes en la cata un racimo de uvas tintas M. J. C.

Durante la cata de vino organizada por el Consejo Regulador con motivo de la fiesta de la Vendimia, Gallego destacó que la variedad de uva tinta de Toro sigue siendo la “insignia” de la Denominación de Origen y que su calidad ha permitido posicionar a los vinos de la tierra a nivel nacional e internacional y recortar terreno a sus directos competidores, los tintos que se producen en La Rioja o Ribera del Duero.

Por este motivo, Gallego se mostró partidario de seguir potenciando la variedad autóctona, aunque también reconoció que cada vez más viticultores de la zona apuestan por la uva verdejo que, “le está comiendo el terreno” a la malvasía castellana que, como subrayó, aporta matices “muy interesantes” a unos vinos que “siguen siendo muy desconocidos”.

En otras épocas, como recordó, en Toro se llegaban a recolectar hasta tres millones de kilos de malvasía, cantidad que se ha reducido en la actualidad hasta el medio millón, por la apuesta que viticultores y bodegas han realizado por la uva verdejo, con la que elaboran vinos de calidad, pero que tienen en zonas como Rueda a un competidor directo.

El veedor del ente regulador también recordó que, este año, se han incorporado como nuevas variedades de uva autorizadas el albillo real y el moscatel de grano menudo, que las bodegas podrán emplear para elaborar vinos dulces que ya podrán comercializarse con el sello de calidad toresano. En definitiva, Gallego impartió ayer una nueva lección de enología para aficionados al vino y a su elaboración.