El recuerdo de los mayores ha permitido localizar y rehabilitar el paraje en el que, según cuenta la leyenda, apareció la Virgen de la Cuesta de Vezdemarbán, la imagen más antigua de cuantas se conservan en la Diócesis de Zamora y que fue tallada en el primer tercio del siglo XII, aunque se desconoce su autoría.

Alentado por las sabias palabras de los mayores marbanos y con el apoyo de los vecinos, el párroco, Jesús Campos, decidió comprobar la veracidad del legendario relato, aunque en un principio en el lugar apuntado no fue encontrada ninguna prueba que pudiera relacionarse con el hallazgo de la talla románica. Lejos de desistir, Campos recurrió a la aplicación Google Earth y localizó unos vestigios que han sido claves para determinar el lugar en el que fue descubierta la Virgen de la Cuesta.

En concreto, como apuntó el párroco, a través de la citada aplicación fueron halladas unas piedras en las que se conservaba una inscripción parcial que hacía alusión a la imagen de Nuestra Señora de la Cuesta.

Los vestigios localizados han permitido determinar el punto exacto en el que fue encontrada la talla románica, espacio que ha sido rehabilitado en una iniciativa en la que ha colaborado la Fundación González Allende.

El párroco, Jesús Campos, bendice el lugar en el que, según la leyenda, apareció la Virgen de la Cuesta Cedida

Con motivo de la celebración el pasado jueves de la fiesta de la Virgen del Rosario, en el paraje, además de ser bendecido, se ha colocado, “a modo de memorial”, una lastra y una placa que recuerda que en esos terrenos “apareció la madre de Dios”.

Un nutrido grupo de vecinos asistió a la bendición del monolito y la placa, símbolos que han sido colocados en una era, que es propiedad de la cofradía de la Virgen de la Cuesta.

Reconoció Campos que “hay aventuras que comienzan cuando se toma en serio el recuerdo de los mayores” y que, gracias a esos testimonios orales, los vecinos de Vezdemarbán han escrito una página más en la historia de la venerada imagen.

De hecho, la iglesia de Nuestra Señora de la Cuesta fue construida para albergar la talla que, como explica la leyenda, fue descubierta por un labrador que “tropezó” la reja de su arado con la imagen en un terreno próximo al palacio del Marqués de Revilla.

La legendaria historia también justifica la construcción de la iglesia en su actual ubicación porque, tras depositar la imagen de la Virgen en una de las cinco ermitas que entonces existían en el municipio, siempre regresaba al lugar en el que había aparecido.

Nuestra Señora de la Cuesta es la patrona de Vezdemarbán y su fiesta se celebra el 8 de septiembre.