La exposición “La Iberoamericana” ha brindado a la joven toresana de 24 años, Raquel Bonis Calvo, la oportunidad de mostrar, por primera vez, parte de su trabajo artístico. Bonis ha cursado la carrera de Bellas Artes en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, formación que completará con un Grado de Animación. A la muestra de arte contemporáneo, la joven ha aportado una colección de fotografías con la que pretende reflejar las emociones humanas, pero a través del cuerpo de la mujer.

–¿“La Iberoamericana” es la primera exposición en la que participa como artista?

–Sí, es la primera exposición en la que participo y en la que puedo mostrar mi trabajo artístico. “La Iberoamericana” me ha brindado la oportunidad de vivir una experiencia maravillosa, no solo por el hecho de exponer y poder mostrar mis fotografías, sino también porque participan artistas que son reconocidas que, además, he tenido la oportunidad de conocer en persona. He aprendido mucho de estas artistas y, con algunas, he tenido mucha afinidad e incluso me han contado su forma de trabajar.

–¿Cuál es su aportación a la muestra de arte contemporáneo que hasta el 15 de septiembre se puede admirar en Toro?

–A la exposición he aportado una colección de diez fotografías que se divide en tres partes. La primera refleja el miedo, la segunda la lucha y la tercera expresa la liberación. Trabajo mucho con la expresión de las emociones humanas y, en este caso, a través del cuerpo de la mujer. En la serie de fotografías que se exhibe en Toro quise expresar el concepto de despersonalización de la mujer. Por este motivo, las primeras fotografías reflejan el miedo y son imágenes de una mujer cohibida. Otras representan la lucha y transmiten más agresividad, mientras que las últimas, las dedicadas a la liberación, pretenden reflejar que la mujer puede renacer y florecer de nuevo en la naturaleza.

–¿Cómo valora que Toro haya dedicado la exposición La Iberoamericana a mujeres que se dedican al arte contemporáneo?

–La idea de que expongan solo mujeres me parece muy importante y necesaria, ya que en el mundo del arte no se reconoce el papel de la mujer. Se conocen muy pocas mujeres en el mundo del arte y si hablas de artistas conocidos, la inmensa mayoría son hombres.

–¿Por qué resulta tan complicado para las mujeres destacar en el mundo del arte?

–Creo que porque siempre ha habido desigualdad en todos los ámbitos de la vida, incluido el arte, y a las mujeres nos cuesta más tener un nombre.

–¿Cómo se puede revertir esa situación de desigualdad entre hombres y mujeres, que también se extiende al sector artístico?

–La educación es importante. Desde que eres pequeño, la educación es un motor que puede contribuir a cambiar el problema de la desigualdad. Además, el hecho de organizar una exposición como la que se celebra en Toro, en la que solo participan mujeres, va a servir para que su trabajo obtenga un mayor reconocimiento. En “La Iberoamericana”, aunque exponen artistas que ya son muy conocidas, de otras, y a pesar de que he estudiado la carrera de Bellas Artes, no sabía ni su nombre hasta que no se ha montado la exposición.

–¿Su colección de fotografías comparte sede, la iglesia de San Agustín, con obras de Delhy Tejero, ¿la muestra servirá para reconocer el legado de la artista toresana?

–La verdad es que nunca he tenido a Delhy Tejero como gran referente porque me he fijado más en artistas que he estudiado o más recientes. Sin embargo, después de conocer sus obras y su trabajo, me parece increíble todo lo que ha hecho. Además, he tenido la oportunidad de estar en su estudio de trabajo en Madrid y de ver todas sus obras. La verdad es que su legado artístico me parece increíble y maravilloso.

–De la exposición “La Iberoamericana”, ¿qué obra y que artista le han sorprendido mas?

–Como artista me sorprendió especialmente Eva Rodríguez Góngora por el trabajo que hay detrás de cada uno de sus dibujos y el nivel de detalle. En cuanto a una obra concreta no puedo elegir solo una, ya que me han impactado varias y cada una es completamente diferente a la otra. Si tengo que elegir, me quedo con el trabajo de Marina Núñez, Flavia Totoro y Eva Rodríguez que son con las que más conecto y más emociones me transmiten.

–¿Qué aporta una exposición dedicada al arte contemporáneo a una ciudad con un valioso patrimonio histórico como Toro?

–Creo que la exposición está teniendo mucha repercusión, no solo porque muchas personas vienen a verla, sino porque también les permite conocer Toro, que es un sitio muy bonito y con mucho patrimonio. He hablado con gente que ha venido a ver la exposición y se ha quedado maravillada con todo lo que ofrece la ciudad.

–¿La fotografía es la disciplina artística por la que siente especial predilección?

–Sí, es una de las disciplinas que más me gusta. Durante dos años cursé una asignatura de fotografía en la Universidad y me gustaba mucho jugar con la cámara. También me gusta mucho la animación digital. Sobre otras disciplinas, como el dibujo o la pintura, también me gustan, pero no me lo paso tan bien. Me siento más cómoda con lo digital, aunque al final para hacer una fotografía o un trabajo digital primero hay que elaborar dibujos y bocetos que, después, trasladas a la imagen.

–¿Cuáles son sus fuentes de inspiración artística?

–Personalmente tengo mucho interés por el contraste entre luces y sombras. También me gusta mucho el color. Juego mucho con el color en el proceso de post producción. Al editar un trabajo intento crear imágenes muy oscuras para dotarlas de un matiz más dramático y saturo muchos los colores, especialmente el azul y el naranja, porque me gusta mucho el contraste resultante de esa combinación de colores fríos y cálidos en una imagen. Además, al saturar no creo el típico color azul sino un azul más verdoso para que la imagen sea más fantástica.

–¿Qué artistas son sus grandes referentes?

–Me fijo mucho en las imágenes del fotógrafo Gregory Crewdson. Es un fotógrafo que tiene muchas referencias cinematográficas y que también crea imágenes muy oscuras y fantásticas. También me gusta mucho el pintor Edward Hooper, por la luz o por los colores oscuros, aunque también juega mucho con la atmósfera para crear ambientes de soledad.

–¿Una ciudad como Toro ofrece oportunidades laborales a jóvenes artistas ?

–La verdad es que tengo pensado irme fuera de Toro. Al final, Toro es mi casa y siempre voy a estar cerca, pero mi idea es irme fuera de Castilla y León, a una ciudad mas grande como Madrid, en la que he estudiado la carrera y en la que también tengo una vida. Además, creo que en ciudades más grandes como Madrid siempre hay más oportunidades para trabajar en lo que te gusta y en lo que realmente quieres.

–La importante apuesta que ha realizado el Ayuntamiento de Toro para convertir la cultura en un motor económico y de desarrollo, ¿no es suficiente para frenar e impedir la fuga de jóvenes con talento?

–Creo que la apuesta que hace Toro por potenciar la cultura va a generar muchas oportunidades de trabajo, también en el mundo del arte. Me parece increíble que una ciudad como Toro brinde unas oportunidades que, realmente en Castilla y León, solo ofrecen ciudades más grandes como Valladolid. No obstante, creo que en general la gente joven nos queremos ir fuera de Toro o buscar un sitio en el que tengamos más opciones para poder trabajar en lo que nos gusta.

–¿Tiene ya decidido a qué le gustaría dedicarse profesionalmente en un futuro?

–Sinceramente, en un futuro me gustaría trabajar en un estudio haciendo fotografías, pero más artísticas. También me gusta mucho la publicidad, pero una publicidad enfocada más a los anuncios para poder combinar la fotografía y el arte digital en tres dimensiones.