Toro ha recobrado el pulso festivo después de muchos meses, en los que la pandemia ha impedido celebrar tradiciones muy arraigadas en la ciudad como la quema de la hoguera de San Juan.

Para reavivar el espíritu festivo, el Ayuntamiento programó la quema de dos hogueras, la primera en Tagarabuena, durante la que los vecinos siguieron muy de cerca cómo el fuego reducía a cenizas el primer montaje elaborado por la asociación de carrocistas tras su fundación en 2017, un vistoso y colorido dragón.

A medianoche fue prendida la segunda de las hogueras organizadas con motivo de la celebración de la fiesta de San Juan y, en este caso, el emplazamiento elegido fue la plaza de La Glorieta, en la que los miembros de la asociación de carrocistas habían trabajado durante los últimos días para dejar dispuesto el montaje que, en pocos minutos, fue devorado por el fuego.

El montaje creado por la asociación de carrocistas comienza a arder en La Glorieta M. J. C.

Varias hormigas azules de grandes dimensiones dispuestas sobre antiguos envases de detergente, cacao o cigarrillos conformaban la obra que carrocistas profesionales y aficionados habían preparado para la mágica noche de San Juan.

Numerosos toresanos se congregaron en el entorno de La Glorieta, cuya amplitud permitió respetar la distancia de seguridad, para asistir a la quema de la hoguera, y muchos cumplieron con el ritual de pedir un cambio de suerte y que sus sueños se conviertan en una realidad. Incluso, algún estudiante, lanzó a la hoguera los apuntes del último curso para poner fin a una dura etapa.

En una fiesta en la que el fuego es protagonista, no podían faltar los Bomberos de Toro que, en todo momento, se mantuvieron alerta para evitar posibles incidentes. De hecho, en la hoguera de La Glorieta los Bomberos tuvieron que intervenir para controlar el fuego para evitar que, por el viento, fueran alcanzados los árboles que bordean la plaza.

Bomberos de Toro controlan la hoguera de La Glorieta para evitar incidentes M. J. C.

Al margen de las hogueras, en la fiesta de San Juan, Toro también recuperó la tradición de las enramadas y, tanto el Ayuntamiento como varios vecinos adornaron sus balcones con ramas de árboles.

Las enramadas es una antigua tradición que pervive en Toro y que, hace décadas, consistía en que los hombres adornaban con ramas y flores el balcón de la casa de las mujeres a las que pretendían. Cada planta tenía un significado diferente, por lo que cada enramada escondía un peculiar mensaje para su destinataria.