La consejería de Cultura y Turismo de la Junta ha convocado el proceso de licitación para adjudicar el contrato de ejecución de las obras de restauración del torreón y del patio de la cisterna del convento de Santa Sofía de Toro. El valor estimado de los trabajos previstos asciende a 299.999 euros, el plazo de ejecución es de seis meses y las empresas interesadas en concurrir al proceso pueden presentar ofertas hasta el 2 de junio. La intervención se enmarca en un convenio que la consejería de Cultura y Turismo rubricó en 2019 con la Fundación Fomento Hispania y la comunidad religiosa del convento de Santa Sofía, para colaborar en la rehabilitación del torreón y del patio de la cisterna.

Patio de la cisterna, en el interior del monasterio toresano. | M. J. C.

El objetivo del proyecto es la recuperación de la estabilidad y estanqueidad del patio, así como la rehabilitación del torreón, para que “este valioso elemento arquitectónico se incorpore al espacio público de Toro”. Las obras proyectadas en el patio de la cisterna servirán para subsanar las deficiencias detectadas, tales como una inestabilidad generalizada de sus elementos estructurales y el riesgo de desplome de las estructuras verticales hacia el noroeste, así como la micro descomposición de los muros fundacionales o la falta de cohesión superficial de suelos y paramentos. En el patio de la cisterna también se ha detectado un rápido deterioro de los acabados, carpinterías exteriores en mal estado, elementos de madera afectados por xilófagos, grietas y fisuras en los muros o la falta de mantenimiento de las cubiertas. Además, la pérdida del volumen adyacente al patio, en la zona del compás, ha dejado al descubierto el muro de tapial, cuya esbeltez y falta de contrarresto aconseja su reconocimiento y seguimiento para la verificación de su seguridad estructural. Así, las obras se centrarán en el desmontaje y reposición de las cubiertas del histórico patio, así como la restauración de los paramentos interiores y exteriores.

Estado del torreón

En cuanto al torreón, las principales deficiencias que presenta son la micro descomposición de muros fundacionales que, especialmente, afecta a la esquina este con una pérdida de hasta un 45% de su sección útil, la falta de cohesión superficial de suelos y paramentos con rápido deterioro de los acabados y desprendimientos constantes que, en ocasiones, suponen un peligro para los viandantes que transitan por la calle Arbas, al margen de grietas y fisuras en los muros y elementos de madera afectados por xilófagos y desprotegidos frente a la acción del fuego. Las obras de rehabilitación que serán ejecutadas en el torreón se basan en la restauración de paramentos interiores y exteriores, así como de la carpintería, aunque también se llevará a cabo la modificación de las escaleras interiores y la renovación de la instalación eléctrica.

Presencia histórica de la congregación religiosa

La congregación de hermanas Norbertinas Premostratenses habita, desde el año 1316, el monasterio de Santa Sofía que fue cedido por la reina María de Molina para que las religiosas se trasladaran a la ciudad desde la vega del río por su precaria situación. La comunidad, fundada en 1162, convivió en primera instancia en un monasterio con los Padres Pemostratenses en San Miguel de Gros y, posteriormente, se trasladó a la casa de Sofía que la orden poseía en Pobladura de los Huertos, en la vega toresana. El riesgo que corrían las hermanas durante el invierno por las crecidas del río Duero propició que la reina María de Molina cediera un edificio palaciego a las religiosas en 1316. Diversos hundimientos y derribos registrados a lo largo de la historia y, especialmente los que tuvieron lugar en el siglo XX, han ido alterando la configuración del convento, aunque no afectaron al patio de la cisterna, que se conserva íntegramente en cuanto a su configuración e implantación, ya que su posición marginal respecto al conjunto permitió que fuera excluido de las diversas renovaciones ejecutadas durante las últimas décadas en el inmueble.

El patio de la cisterna, con acceso directo desde la calle Arbas, tiene planta rectangular y sus alzados son de tapias de tierra, que fueron socalzados con posterioridad a su construcción. El patio lo circundan galerías conformadas por 14 esbeltas columnas góticas, cuyas basas se apoyan en pretiles y están decoradas con capiteles de collarinos y ábacos y con cestas acrecentadas con motivos zoomorfos y florales. Las alfarjías y cubierta del patio y del torreón son el resultado de una reconstrucción parcial, tras la destrucción de las anteriores como consecuencia del impacto de un rayo en el monasterio en 1834. El patio de la cisterna se abre de forma esporádica al público, porque no reúne las condiciones necesarias para su visita, mientras que las estructuras internas del torreón también se han deteriorado por la falta de uso. Las obras previstas contribuirán a garantizar la conservación del convento de Santa Sofía y se suman a la reciente renovación de la calle Las Monjas para eliminar la humedad que se filtraba a los muros.