“Peleagonzalo. La Batalla de Toro” es el título de la novela que el médico y escritor leonés, Antonio Martínez Llamas, presentará esta tarde, a las 19.00 horas en el Teatro Latorre de Toro, con entrada libre.

Durante la presentación, el autor desgranará el contenido de su último libro y explicará la importancia que la célebre contienda tuvo para el futuro de España.

–¿Por qué elige la Batalla de Toro para su nueva novela histórica?

–Primero hay que aclarar que no es una novela histórica convencional sino una historia novelada. Después de muchos años de investigación, de revisar documentos, de pisar el terreno o de conocer espacios y lugares he creado una novela que plasma en un texto escrito de 500 páginas una batalla tan importante como fue la de Toro que, hasta la Guerra Civil de 1936, fue el único enfrentamiento civil entre los partidarios de Isabel y Fernando y los de Alfonso V de Portugal y Juana la Beltraneja. La Batalla de Toro fue muy importante, porque si la hubieran perdido Isabel y Fernando, España no sería lo que es ahora y, probablemente, formaría parte de Portugal.

–¿La Batalla de Toro contribuyó a forjar la unidad de España?

–Con algunos matices, porque después de la Batalla de Toro España siguió dividida y con grandes problemas internos. La novela, como anécdota, termina con la respuesta de Isabel a una pregunta de Fernando. La pregunta es “¿Isabel, creéis que habrá paz en las Españas?” y, según un dato extraído de la documentación, su respuesta fue “solo te digo que no sé qué pasará después de esta batalla que hemos ganado, pero me atrevería a decirte que nunca habrá paz en las Españas”. Por tanto, Isabel se adelanta a lo que le ocurre a España en este momento, porque es un país que siempre está dividido.

–Su novela, además de relatar el hecho histórico, ¿analiza las consecuencias políticas de las decisiones de Isabel?

–Es una novela fundamentalmente política porque aborda la posible legitimidad o ilegitimidad de Isabel respecto a la desgraciada Juana la Beltraneja. Siempre digo que el lector va a aprender mucha historia, porque todos los personajes y los datos son ciertos. Lo único que hay de ficción son los diálogos, pero que son bastante contenidos.

–¿Qué papel jugó Toro en la histórica contienda?

–Toro jugó un papel fundamental. Hay que tener en cuenta que en 1476 Juan de Ulloa, alcaide de Toro, y su esposa María Sarmiento, en la fortaleza de Toro, se decantaron, sorprendentemente, a favor de Alfonso V de Portugal y en la ciudad se formó un núcleo de resistencia muy importante. Además, Toro tenía una gran importancia estratégica y, después de la Batalla, siguió en manos de María Sarmiento hasta que Isabel accedió a la ciudad y la tomó. De hecho, animo a la gente a que vaya a Toro, a que conozca su fortaleza y que desde allí divise la enorme vega.

–Varias crónicas destacan que la Batalla de Toro fue cruenta y que dejó muchas víctimas...

–Fue una batalla muy sangrienta porque, en un corto espacio de tiempo, se enfrentaron 50.000 hombres. Además, tenemos que pensar que la batalla se libró por la noche, con el río Duero haciendo de tapón de huida para los portugueses y muchos cadáveres aparecieron días después en Zamora. Generalmente, el cine recrea un tipo de batalla en la que parece que matar es muy fácil, pero en realidad es muy difícil. No puedo imaginarme cómo pudieron enfrentarse 50.000 hombres en una noche con niebla, agua nieve y el barro hasta los tobillos.

–Por este motivo, ¿el paraje en el que se libró la contienda se conoce como “La sangradera”?

–Claro. De hecho, en el paraje han aparecido, durante la realización de prospecciones para distintos trabajos, espadas o restos de material bélico. Repito, la batalla enfrentó a 50.000 personas y, por ejemplo, el ejército de Fernando que venía desde Zamora persiguiendo al de Alfonso V tenía una longitud de tres kilómetros de largo por uno y medio de ancho. Hay que pensar cómo se desplazaba un ejército, porque no solo lo conformaban soldados sino que también había familiares, hijos, herradores, panaderos, es decir, un mundo que generalmente la cinematografía no suele recrear.

–Desde hace años, Toro conmemora cada 1 de marzo la célebre Batalla, ¿cree que a este hecho se le ha conferido la importancia que tuvo para España?

–En este sentido me gustaría destacar que hay excelentes libros de ensayo sobre el reinado de los Reyes Católicos y sobre la historia de España, pero la Batalla de Toro y Peleagonzalo se despacha con una línea. Algunos historiadores se dedican a otras cosas más prácticas y remuneradas que investigar una batalla, el tipo de ejércitos que participaron o cómo se desarrolló. Esto no es “Juego de tronos”, es la realidad y por eso la novela concluye con la reflexión de Isabel, porque se da cuenta de que España es un lugar de grandes odios.

–Ha publicado varias novelas históricas, ensayos, libros de relatos, ¿qué le aportan la escritura y la historia a su vida?

–La historia me permite solucionar la ignorancia que tenemos todos. Por eso, mis novelas históricas, aunque hay muchos autores que no están de acuerdo, no juegan demasiado con la ficción. Tenemos tanta historia real que descubrir que no hace falta inventar. Lo que hay que conseguir es que las novelas históricas sean verosímiles para que el autor escriba con sentido común y para no engañar al lector.

–Como médico y escritor, ¿cómo valora la situación, también histórica, que estamos viviendo por la pandemia del COVID?

–Con estupefacción y perplejidad. No sé cuánta verdad nos están contando de todo lo que está ocurriendo. Confío en las vacunas, pero estoy muy decepcionado con la sociedad en general, porque somos una sociedad infantilizada a la que hay que prohibirle para que obedezca. No tengo miedo, pero estoy muy decepcionado con el comportamiento de las personas.

–¿Trabaja en la actualidad en algún otro proyecto literario?

–Estoy preparando un ensayo sobre un escritor leonés muy conocidos ya fallecido y un auténtico maestro del relato corto que es Antonio Pereira. Me llevará un par de años escribir el ensayo y no sé si en ese tiempo aparecerá una novela de ficción.