Un ataque de lobos se ha saldado con al menos 15 ovejas muertas, aunque las afectadas han sido 25, en una finca de Peleagonzalo. El rebaño se encontraba dentro de una cerca en una parcela con placas solares, a donde habían sido trasladadas para que comieran la hierba y evitar el uso de herbicida.

El siniestro ocurrió el pasado jueves y hasta el lugar se desplazaron agentes medioambientales para certificar la causa del mismo. Peleagonzalo se encuentra al sur del Duero, donde según la normativa actual el lobo no es cazable y está considerado especie protegida. Todos los daños al ganado en explotaciones situadas al sur del Duero tienen un pago compensatorio por parte de la Consejería de Medio Ambiente como establece el Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León.

Es el segundo ataque en una semana que se produce en el alfoz de Toro, tras el registrado en Villalonso la madrugada del 5 de febrero que culminó con la muerte de 59 animales, la mayoría por asfixia. En este caso el territorio se sitúa al norte del Duero, donde el régimen de protección es diferente al ser considerado especie cinegética.

El siniestro en Peleagonzalo ocurre también en pleno debate sobre el cambio de estatus del lobo tras la decisión de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, que propone incluir al lobo en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, lo que a todos los efectos significa que no será especie cinegética. Contra esta decisión se ha abierto un periodo de alegaciones a lo largo de este mes.