La comisión de Agricultura Europea ha ratificado recientemente las modificaciones introducidas en el pliego de condiciones de la Denominación de Origen Toro, normativa que, entre otros cambios, incorpora como variedades autorizadas el albillo real y el moscatel de grano menudo, uvas que podrán ser utilizadas en la elaboración de vinos blancos y rosados amparados por el sello de calidad toresano.

Otra de las modificaciones aprobadas es la posibilidad de calificar y comercializar como vinos tintos de la Denominación de Origen los monovarietales elaborados con la variedad garnacha en todas sus gamas, joven, joven roble, crianza, reserva y gran reserva. Así, las bodegas podrán elaborar sus marcas con, el menos el 85% de uvas de la variedad garnacha y el resto con tinta de Toro, lo que abre un nuevo abanico de posibilidades para adaptar los vinos de la zona a las tendencias del mercado, en el que los monovarietales de garnacha son cada vez más demandados por los consumidores.

Por otra parte, el ente regulador destacó que otro cambio del pliego de condiciones afecta al incremento del rendimiento de uva máximo permitido por hectárea de la variedad tinta de Toro hasta los 7.500 kilos. Con esta variación se pretende adaptar la normativa técnica a las nuevas tendencias y realidades del viñedo en el campo por el que las nuevas plantaciones, mayoritariamente en espaldera y con apoyo del riego que ya suponen más del 25% de la superficie total, alcanzarán un mayor rendimiento al establecido en 1987, época en la que la totalidad de las cepas se plantaron en vaso.

Así, el incremento del rendimiento, según el ente regulador, “es totalmente compatible al mantenimiento de la calidad de la que gozan todos nuestros vinos y, en particular, los elaborados con tinta de Toro", variedad que representa alrededor del 90% de los viñedos de la Denominación de Origen Toro.

Con los cambios citados el Consejo Regulador apuesta por la constante renovación, la innovación y el futuro, con el objetivo de incrementar sus ventas que, el pasado año y pese a la pandemia del COVID, alcanzaron un récord con 15,4 millones de botellas comercializadas, un 2% más que en 2019.