La diferencia entre funerales y bautizos o enlaces matrimoniales oficiados en las parroquias integradas en las Unidades de Acción Pastoral de Toro y Morales de Toro durante el pasado año evidencian la triste huella y la cara más dura de la pandemia del COVID, que ha acelerado el ritmo de defunciones en una comarca que no es ajena a los problemas de la despoblación y del relevo generacional. Así se desprende del balance anual elaborado por las Unidades de Acción Pastoral Ciudad de Toro-Morales de Toro y publicado en su perfil de una conocida red social sobre los sacramentos y las exequias que se han celebrado en sus parroquias durante el año 2020, memoria que refleja una notable diferencia entre los funerales oficiados por los párrocos para dar el último adiós y despedir a personas fallecidas, muchas de ellas durante los meses del confinamiento, y los bautismos o los matrimonios celebrados.

Durante el pasado año, en las parroquias integradas en las Unidades de Acción Pastoral de la comarca se oficiaron un total de 201 funerales, de los que 134 se celebraron en Toro, 115 en las diferentes iglesias de la ciudad y 19 en el templo de San Juan Bautista para despedir a vecinos fallecidos del barrio de Tagarabuena. Además, los párrocos oficiaron exequias en iglesias de otros municipios de la comarca como Morales de Toro, en el que durante el 2020 se celebraron 32 funerales, mientras que en Vezdemarbán y Pinilla de Toro tuvieron lugar, respectivamente, 15 y 9 ceremonias religiosas de despedida por vecinos difuntos. El balance de funerales oficiados el pasado año en el ámbito de actuación de las Unidades de Acción Pastoral se completa con los seis celebrados en Villavendimio, los tres que en 2020 tuvieron lugar en el municipio de Villalonso y los dos que sirvieron para despedir a vecinos de Villardondiego.

Las cifras de exequias celebradas a lo largo del pasado ejercicio en las parroquias de las dos Unidades de Acción Pastoral contrastan con los bautismos oficiados por los sacerdotes. En concreto, en Toro, se oficiaron 27 bautizos, de los que 13 se celebraron en la ciudad y cuatro en la parroquia de Tagarabuena, mientras que en otras iglesias de la comarca recibieron el sacramento tres niños de Morales de Toro y uno en Pinilla de Toro. Aunque la pandemia del COVID y el obligado confinamiento obligó a posponer las comuniones, finalmente 27 niños pudieron en 2020 recibir el sacramento, de los que 24 comulgaron en Toro, dos en el barrio de Tagarabuena y uno en la parroquia de Vezdemarbán.

Por otra parte, aunque las confirmaciones también tuvieron que retrasarse por la pandemia para evitar situaciones de riesgo y garantizar la seguridad de los jóvenes y del reducido grupo de familiares que pudo seguir la ceremonia, finalmente 34 toresanos pudieron recibir el sacramento de forma conjunta en la Colegiata de Toro. El último dato relevante que se desprende de la memoria elaborada por las Unidades de Acción Pastoral es que, durante el año 2020, en las parroquias de Toro tan solo se oficiaron dos enlaces matrimoniales después de que varias parejas decidieran aplazar su unión por la pandemia y por el reducido aforo permitido para asistir a los enlaces.