Con esperanza, pero también con respeto, las dos residencias de ancianos de Morales de Toro han recibido la vacuna contra el COVID que, para sus responsables, supone el principio del fin de un largo camino iniciado el pasado mes de marzo para cuidar y, sobre todo proteger, a sus usuarios. Un equipo de profesionales del Sacyl se ha desplazado hasta Morales de Toro provisto de vacunas para administrar la primera dosis a los ancianos y empleados de las dos residencias de la localidad, que ya esperan con impaciencia el paso de los días para recibir la segunda y alcanzar la anhelada inmunización frente al coronavirus.

Con 103 años, Guillermina Conejo, fue la primera anciana de la residencia “Los Olivos” a la que los profesionales sanitarios administraron la vacuna, en un ambiente de alegría y, sobre todo de esperanza, después de muchos meses de intenso trabajo, tensión, temor y esfuerzo. Beatriz Doalto, supervisora del centro geriátrico, confirmó que la vacuna ha sido ya inyectada a 27 residentes y 13 trabajadores que con “mucho alivio” han recibido la primera dosis, porque supone “el principio de una nueva normalidad que esperamos recuperar”.

Emocionada, Doalto reconoció que la administración de la vacuna a los usuarios y trabajadores de la residencia supone un rayo de luz después de más de 200 días de intenso trabajo marcado por la tensión y el miedo al contagio, aunque resaltó que el centro ha logrado mantenerse “limpio” y sin casos positivos de COVID. Para contener y evitar que el temido coronavirus traspasara las puertas de la residencia, como resaltó la supervisora, la plantilla de “Los Olivos” ha contado con el “extraordinario” apoyo de las familias de los usuarios, respaldo que ha sido clave para tomar aliento y continuar con la labor diaria de atención y protección de los mayores.

Trabajadoras del centro San Roque posan con el personal sanitario encargado de administrar la vacuna. | Cedida

En el marco de la campaña de vacunación frente al COVID, las primeras dosis también han llegado a la residencia “San Roque” de Morales de Toro y su directora, Eva de la Calle, reconoció que han sido recibidas con esperanza, pero también “con respeto a lo desconocido” en los momentos previos a su administración. En el centro geriátrico han sido vacunados 28 residentes y ocho trabajadores y, como subrayó su directora, los más impacientes por recibirla eran los ancianos que, desde el pasado mes de marzo, no han podido salir a la calle y que desean que la segunda dosis les permita recuperar, en parte, la ansiada normalidad y algunas de sus rutinas cotidianas.

La protección ha sido administrada a 55 usuarios y 21 empleados de los dos centros

La residencia “San Roque” también ha extremado durante muchos meses las medidas de prevención para evitar contagios, objetivo que ha conseguido gracias al esfuerzo y la entrega de los trabajadores que, según De la Calle, “se han cuidado mucho” y seguirán haciéndolo para proteger a los ancianos a los que quieren seguir protegiendo de la pandemia.

“LA GENTE NO DEBE JUGAR, LA SALUD ES LO MÁS IMPORTANTE”

Aunque las dos residencias han recibido con mucha alegría la vacuna, sus responsables precisaron que, hasta que no sea administrada la segunda dosis, es preciso extremar las medidas de precaución y seguir actuando con responsabilidad. En este punto, la directora del centro “San Roque” hizo extensivo el llamamiento a la prudencia al resto de la población, porque “la gente no debe jugar con la salud, es lo más importante”. De la Calle agradeció públicamente que en el marco de la estrategia de vacunación de Castilla y León, se haya conferido prioridad a los centros de mayores y a los profesionales sanitarios que se encargan de su cuidado. Con la vacunación de dos colectivos tan vulnerables como los ancianos y los trabajadores de las dos residencias, la localidad de Morales de Toro espera poner freno a la amenaza del COVID y afrontar el nuevo año con una dosis extra de esperanza.