El alcalde de Toro, Tomás del Bien, califica de “horrible” el 2020 por el COVID y sus devastadoras consecuencias. Para el nuevo año se marca como objetivo seguir dinamizando Toro a nivel industrial, cultural o turístico, además de embellecer la ciudad con las inversiones municipales previstas.

—Termina 2020, ¿un año difícil de olvidar?

—Ha sido un año horrible a nivel humano y municipal. Primero, porque ha muerto mucha gente y, en Toro, la pandemia ha golpeado fuerte y también a nivel económico, porque muchos negocios lo han pasado mal y otros han tenido que cerrar. Al menos, la dependencia del sector primario ha mantenido un hilo de esperanza y de trabajo, que en otros lugares no ha existido. Es normal que la gente esté muy tensa, porque, a pesar de la llegada de la vacuna, no hay un horizonte claro y hay mucha tensión política.

—¿El COVID ha agravado aún más el problema de la despoblación en Toro?

—Los datos del INE del pasado año confirman la tendencia de perder entre 100 y 200 habitantes al año de media, pero en 2020 vamos a sumar otros ciento y pico más. Toro es una ciudad que está muy cerca de los 8.000 habitantes, pero pierde población, en una provincia y en una comunidad que también pierden población. La despoblación es un problema de Estado que hay que afrontar con un plan de choque, pero políticamente Zamora aporta poco rédito.

—Uno de los proyectos en los que Toro había depositado esperanzas para frenar la sangría poblacional era el regreso de militares a Monte la Reina...

—Habíamos depositado esperanzas y las habíamos recibido, porque han venido a hacerse la foto y a contarnos el proyecto. Lo que está claro es que si no es por la fuerza de Toro, Monte la Reina ya sería un coto de caza privado. Toro se rebeló, evitó su subasta y se puso a disposición de todo el mundo. La sociedad civil y política de Zamora entró en el proyecto, los candidatos al Gobierno vinieron y dijeron que Monte la Reina era una realidad y el Ejército dice que hacen falta 100 millones de euros, que para un Estado no es nada, teniendo en cuenta todo lo que se debe a Zamora desde hace décadas. Sin embargo, ahora vemos como se pasan la pelota unos a otros, los parlamentarios nacionales por Zamora han desaparecido y es Teruel Existe quien reclama inversiones para la provincia. Todo es un dislate y evidencia lo que, durante décadas, han supuesto los políticos zamoranos a nivel nacional, gente preocupada por su sillón, pero despreocupada por la provincia.

—¿Qué valoración hace de la partida destinada por el Gobierno a Monte la Reina ?

—Los 300.000 euros destinados a Monte la Reina son casi un insulto, pero también el proyecto para terminar la autovía A-11, porque no solo afecta a Aliste, ya que para Toro, para su vino, su turismo o su industria, también es vital conectarse con Portugal. Si el proyecto de Monte la Reina lo van a incluir en los fondos de recuperación de la Unión Europea solo lo tienen que decir, pero tampoco lo dicen.

—Toro se ha implicado en el proyecto de creación del corredor agroalimentario “Espacio 602”, ¿qué puede suponer para el futuro de la ciudad?

—Es un proyecto pionero, pero no exclusivo porque también pretende aportar una solución viable a otros municipios del territorio. De los 16 municipios que participan, el único zamorano es Toro aunque también hay que mirar el área de influencia de la carretera CL-602, tanto al sur del Duero por Tierra del Vino, como al sur de la provincia en La Guareña, que cuenta con una industria agroalimentaria importante. El corredor va a suponer un modelo muy importante de desarrollo. Quiero agradecer a la Junta y a las diputaciones de Zamora, Valladolid y Segovia su apoyo a un proyecto que además es transversal y con el que queremos atraer inversión. Se va a intentar traer fábricas de materiales que se utilizan mucho en la industria agroalimentaria como el cartón o el vidrio y que no existen cerca, así como centros de innovación para emprendedores.

—¿Cuál es la situación económica real del Ayuntamiento?

—En 2015 encontramos un Ayuntamiento con un plan de ajuste que sigue en vigor, con un endeudamiento superior al 110%, con un periodo medio de pago de proveedores que superaba los 140 días y con una deuda de casi nueve millones de euros. Ahora, la deuda pendiente es la que hay que amortizar con los bancos, unos dos millones de euros, mientras que el pago a proveedores está por debajo de 60 días y el endeudamiento está dentro del marco establecido por la ley. La imagen del Ayuntamiento ha cambiado porque ahora paga, cumple y no debe. Hay que destacar también que no se ha subido ningún impuesto, salvo el IBI que ha sido ajustado por el Catastro, pero sí se ha realizado un gran esfuerzo para cobrar a todo el mundo. La recaudación no llegaba al 80% y estamos llegando a niveles del 96%. A nadie se le cobra más, pero todos tenemos que pagar, hay que ser solidarios.

—¿La mayor solvencia económica permitirá acometer más inversiones en 2021?

—Hemos tenido que superar unos años complicados en cuanto a inversión porque había muchos agujeros que tapar y, a su vez, queríamos tener una ciudad viva. Toro era una ciudad muerta, que ha pasado de tener 20 eventos al año a 180. Es cierto que en los últimos años las inversiones han sido limitadas porque hemos priorizado otras cuestiones como tejer la sociedad con educación, deporte, ocio y cultura. Hemos conseguido tener una ciudad viva que es un referente en Castilla y León y, este año, la situación económica nos permite hacer inversiones para embellecerla sin depender de otras administraciones.

—De las inversiones previstas algunas se relacionan con el patrimonio, ¿cuál es la más importante?

—En 2021 queremos optar de nuevo al 1,5% Cultural para continuar con el proyecto de restauración del puente de piedra. Cuando llegamos al Ayuntamiento dos monumentos de titularidad municipal se encontraban en la Lista Roja del Patrimonio, el puente de piedra que se ha restaurado en un 15 o un 20% y el Alcázar, en el que vamos a seguir invirtiendo para convertirlo en un centro de referencia. Además, se va a reformar la plaza de Santa Marina y se va a establecer un centro cultural en la iglesia de La Concepción y se van a resolver cuestiones como la mejora de la travesía de San Antón. Otra de las inversiones permitirá adecuar un área para autocaravanas junto al barrio del Carmen y se van a seguir renovando redes de abastecimiento y saneamiento.

—¿El Ayuntamiento seguirá en 2021 apostando por la Cultura?

—La única manera de impulsar la ciudad era a través de la Cultura. Como novedades, vamos a lanzar la marca “Toro Ciudad de la Música” en la Feria Hispano Lusa de la Industria Musical que se va a celebrar en Zamora y en la que Toro va vender su turismo musical. Toro cuenta con cuatro festivales consolidados, pero tenemos previsto incluir otros dos nuevos de otros estilos.

—¿Qué impacto ha tenido el COVID en el turismo de Toro?

—La pandemia ha frenado el turismo, pero el verano ha sido mejor de lo que esperábamos. Aunque los visitantes no han pernoctado, las estadísticas no nos han decepcionado. Antes los turistas veían la Colegiata y se iban y ahora tienen a su disposición iniciativas privadas al servicio de lo público como dos Museos, se ha puesto en marcha la Ruta del Vino y además de visitar las iglesias de “Toro Sacro” o el Sancti Spíritus el Ayuntamiento ha abierto el patrimonio civil a los visitantes.

—¿Cuál es su deseo para el nuevo año?

—Que volvamos a ser los del 2019, que la gente pueda seguir viviendo de su trabajo, que seamos capaces de atraer a aquellos que tuvieron que irse y que vean en Toro una ciudad de oportunidades.