La campaña de vendimia en la Denominación de Origen Toro ha concluido con una cosecha final de 20.646.692 kilos, que supone un aumento de producción que roza el 22% respecto al 2019, cuando viticultores y bodegas recolectaron cerca de 17 millones de kilos.

En cuanto al fruto recolectado, el Consejo Regulador ha destacado su “extraordinaria” calidad, por el incremento de lluvias registrado este año o el “perfecto” equilibrio entre la acidez y el contenido en azúcares, lo que ha motivado que varias bodegas hayan declarado que esperan unos “magníficos vinos” de la añada 2020.

La campaña de vendimia en Toro comenzó el 26 de agosto y finalizó el 28 de octubre, aunque el grueso de las bodegas cerró la recolección de uva a principios de este mes.

Racimos de uvas recolectados en Toro y almacenados en cajas Cedida

El órgano vinícola también se ha referido al ciclo vegetativo de la vid que se ha caracterizado por una brotación de las yemas libre de heladas, sin problemas en la floración o el cuajado del fruto y sin corrimientos en los racimos. En este sentido, matizó que los daños causados por el granizo el pasado mes de año afectaron a una pequeña superficie y que su incidencia fue muy localizada. Además, el Consejo Regulador remarcó que el incremento de la pluviometría registrado este año motivó que la estimación de cosecha rondara entre 20 y 22 millones de kilos, previsión que finalmente se ha cumplido.

En una campaña marcada por la actual situación de crisis sanitaria provocada por el COVID, el órgano vinícola reconoció que varios factores han condicionado la recolección de uva, tales como la escasez de mano de obra o las medidas de prevención y seguridad, así como la obligación de someter a pruebas PCR a los temporeros de fuera de la zona de producción, siguiendo los criterios de la Junta. Los citados factores han generado un mayor gasto en la campaña que, finalmente, se ha desarrollado sin incidentes reseñables en Toro.