Nunca dejéis de hacer las cosas que os gustan”. Así comenzaba María Sánchez, veterinaria de profesión y escritora por pasión, el encuentro literario que ha tenido lugar en la mañana del 28 de octubre en el IES Cardenal Pardo Tavera de Toro, esta vez y por la situación extraordinaria provocada por el covid-19, de manera telemática.

María, nacida en Córdoba en 1989, es una enamorada de su tierra, de sus raíces y del medio rural en que ha crecido como persona y como escritora; no en vano siempre ha reivindicado este medio y la figura de las mujeres en el mismo. Ha obtenido diversos premios, como “Orgullo Rural” de patronato de Estudios Rurales, el Premio Nacional de Juventud de Cultura del Instituto de la Juventud de España, el premio FADEMUR 2019 de la Federación de Mujeres Rurales, Córdoba en Igualdad 2020 en la categoría de arte y cultura de la Diputación de Córdoba y, recientemente, el II Premio Literario Delhy Tejero.

Un momento del encuentro literario organizado esta mañana en el instituto Pardo Tavera de Toro Cedida

A pesar de dedicarse a un oficio que, a priori, dista mucho de la literatura, María ha confesado a los alumnos que en su quehacer diario procura “sacar el lado de escritora” en la veterinaria. “Mi refugio siempre han sido los libros”, porque son “ventanas que nos ayudan a crecer y nos dan herramientas”. Ha recordado que, hasta 2017 no se apostaba por la literatura rural y por el campo, si no era de una forma muy estereotipada, casi negativa, como el documental de Buñuel “Las Hurdes”, “El 7º día” película de 2004 que se basa en la triste historia de Puerto Hurraco, o la misma obra del maestro Delibes “Los santos inocentes”. María Sánchez rompe con esas postales porque le “da rabia no sentirse identificada”. Tal ha sido su trabajo y su afán por traducir su amor por la tierra que “Cuaderno de campo”, su primera obra, va por la 17ª edición.

Durante el encuentro, la autora ha profundizado en su último libro “Tierra de mujeres” que lo ha definido como “la historia de las mujeres de mi familia”. Para ella, escribirlo ha sido terapéutico porque “es una petición de perdón a todas las mujeres” de su familia. Tras la charla literaria, los alumnos han tenido tiempo para poder preguntar dudas, conversar con ella y despedirse en un ambiente que, bien seguro, puede describirse como el de las brasas en el brasero del hogar.