La incertidumbre, los nervios y la ilusión por el reencuentro con los compañeros después de casi seis meses marcaron ayer el regreso de los alumnos a los tres colegios públicos de Toro y al concertado Amor de Dios. Con las recomendaciones bien aprendidas sobre el uso de la mascarilla o la higiene, los pequeños volvieron ayer a las aulas para iniciar un curso atípico e incierto. Hasta el primer día de clase fue muy diferente al de años anteriores y en cada colegio la entrada fue escalonada, para evitar aglomeraciones e incluso se abrieron accesos que otros años permanecían cerrados. En colegios como el Magdalena Ulloa, los alumnos, formaron filas en el patio enclavado en Santa Marina para acceder por grupos y respetando la distancia de seguridad al interior del edificio. En otros centros, el acceso se realizó en horarios diferentes para evitar concentraciones.

La ilusión de muchos pequeños por reencontrarse con sus compañeros contrarrestaba con el temor de los padres por la actual situación de crisis sanitaria y el miedo a posibles contagios. No obstante, cada centro ha adoptado las medidas de prevención precisas para minimizar riesgos, estrictos protocolos en cuya aplicación ha colaborado el Ayuntamiento con la desinfección, por parte de los bomberos de Toro, de los accesos principales a cada centro o con el refuerzo de la plantilla que se encargará de la limpieza diaria de aulas y otras estancias comunes. Además, trabajadores de Obras han llevado a cabo en los últimos días otras actuaciones de señalización o pintura. En el regreso a las aulas también colaborará la Policía Local que se encargará de controlar la entrada a los centros escolares, con el objetivo de evitar que se formen aglomeraciones e impedir que vehículos aparquen en las inmediaciones.