La asociación de Animales Abandonados en Toro dispondrá de un nuevo “refugio” para perros y gatos que esperan ser adoptados, tras la conversión del antiguo matadero en centro de recogida. Con una marcha y una jornada de puertas abiertas, la asociación mostró ayer las nuevas instalaciones, en las que los voluntarios podrán realizar en mejores condiciones el trabajo que desarrollan desde hace años, basado en alimentar y proporcionar agua a los animales, dispensar tratamientos veterinarios o sacar a pasear a los perros.
Un grupo de toresanos, acompañados por sus mascotas, participó en la marcha hasta el antiguo matadero, que durante la jornada recibió la visita de más personas interesadas en conocer las instalaciones que el Ayuntamiento ha cedido al colectivo. Eva Hernández, presidenta de la asociación, destacó que los trabajadores de Obras seguirán ejecutando reformas para que el antiguo matadero se convierta, a corto plazo, “en un sitio de refugio y protección” para animales abandonados. En este punto, reconoció que las instalaciones “necesitaban un repaso”, porque permanecían cerradas desde hace años y porque el fin para el que serán readaptadas es distinto al original. En cuanto a las ventajas del recinto, destacó la amplitud, que va a aportar “ más libertad” a los perros, aunque también permitirá a la asociación disponer de un espacio para el cuidado de los gatos.
Con la cesión de parte del antiguo matadero, el Ayuntamiento también atiende una antigua reivindicación del colectivo, ya que los voluntarios podrán disponer de una sede, en la que además guardará material o comida para los animales que, hasta ahora, tenía que almacenar en casas particulares.
En principio, el traslado no se producirá hasta que no concluyan las mejoras que precisa el recinto y que, como matizó Hernández, se podría posponer porque es preciso adecuar las instalaciones para proteger a los animales del frío y la humedad del invierno. El alcalde. Tomás del Bien, junto a la concejala Sara Pérez, visitaron las instalaciones durante una jornada de puertas abiertas en la que los toresanos pudieron además conocer el trabajo de una asociación que sobrevive gracias a donaciones.