El escritor Víctor Guiu ha presentado en la sede de la Asociación para la Promoción de la Cultura en la Comarca de Toro (ProCulto) su último libro “Lo rural ha muerto. Viva lo rural. Otro puñetero libro sobre la despoblación”. Guiu es Licenciado en Historia y, a lo largo de su vida, siempre ha estado muy ligado al tema de la despoblación trabajando en distintas comarcas. En esta obra, a través de anécdotas e historias personales, el autor intentará sumerger al lector en el particular mundo de la despoblación, desde un punto de vista crítico y puro, sin ningún tipo de condescendencia.

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–Su último libro, el cual ha presentado en Toro, trata sobre la despoblación en el mundo rural. ¿Considera que este se trata de uno de los mayores problemas hoy en día en nuestro país?

–Depende de a quién se lo preguntes. Si se lo preguntas a las personas que viven en ciudades grandes, te dirán que no, mientras que si nos preguntas a nosotros, que vivimos en el mundo rural, te diremos que sí. Yo creo que se trata de un grave problema porque hay determinados servicios y determinadas relaciones sociales en los que se necesita gente. Entonces si te quedas sin nadie, esas relaciones, esa vida, esa cultura, desaparece para siempre y la gente que somos de la denominada “España vaciada” nos sentimos identificados y lo vemos como un problema. ¿Lo positivo? Que a nivel político ya por lo menos se habla de ello. Eso no quiere decir que se acierte. Hace años que este tema ya se tenía que haber sido hablado y tratado, pero bueno, es un paso bastante importante que ya se empiece a hablar de la despoblación por parte de las instituciones políticas y los gobiernos tanto locales y regionales como nacionales.

–¿Qué cree que pueden hacer al respecto los Gobiernos locales y/o las diputaciones provinciales?

–También es que depende mucho de la gente. Yo en el libro lo que intento explicar es el pensamiento que tiene la gente y casos concretos en los que, a través de la unión de todos, se pueden hacer muchas cosas. Hay provincias y comarcas que están haciendo muchas actividades y muchas iniciativas para intentar frenar este problema. A esa gente emprendedora no se le puede pedir mucho más, quizás que no se les ponga determinadas “zancadillas” ciertas veces, que se les ayude y, sobre todo, si se quiere impulsar al medio rural, lo que no se puede consentir es que las políticas que se dicten, se dicten solo para las capitales. Te pongo un ejemplo: en la pandemia, los ancianos de los pueblos no podían salir a coger la verdura al huerto porque no podían salir de casa y resulta que tenían que ir a los supermercados grandes de la capital a comprar. Eso sí que lo podían hacer, teniendo más posibilidades de contagio, e ir al huerto no. Esto sucedía porque las políticas y las leyes se hacen pensando únicamente en la capital.

–¿Cuáles considera que son las principales causas de la despoblación?

–La causa de la despoblación es el modelo social, económico y cultural que tenemos hoy en día en nuestro país. Es un modelo urbano que todos tenemos en nuestra cabeza. Toda la cultura en occidente es una cultura urbana y esto incide en la mentalidad de las personas. Si a esto le sumamos que el modelo actual es bastante liberal e individualista, pues ahí tenemos mucho que perder. ¿Cómo se cambia eso? Siempre se ha dicho que aquellas soluciones más fáciles son las más difíciles de hacer. Lo primero de todo es que la gente valore realmente dónde quiere vivir y el modelo de vida que quiere llegar a tener. Bajo mi punto de vista, hay muchas causas, pero la principal, como te digo, yo creo que es el modelo que tenemos.

–Algunas causas como la falta de servicios en el medio rural…

–Lo que no se puede consentir es que derechos y servicios que ya tenemos en el medio rural, corramos el riesgo de perderlos. La gente del medio rural tenemos que actuar y frenar la desaparición de determinados servicios porque eso sí que va en retroceso de que alguien pueda plantearse el volver al pueblo. En los pueblos, la falta de servicios cada vez es mayor y eso no se puede consentir. Y si además nos quitan los que tenemos… Apaga y vámonos.

–Ahora, tras la pandemia, los pueblos han adquirido más valor. ¿No cree?

–Es cierto, pero lo que pasa es que la memoria es muy frágil. Los pueblos han adquirido más valor porque todo aquel que tiene una relación estrecha con un pueblo y ha podido ir, ha vuelto a recordar el pueblo. Es un valor que ya tenía pero que, con este modelo del que te hablo, se había olvidado y, tras esto, le ha dado el valor que se merece. Ojalá me equivoque pero la memoria es muy frágil. Al final, durante la pandemia, tú estás mejor en un pueblo con tu casa con jardín y mucho espacio que en un piso de menos de 50 metros cuadrados en pleno Madrid. Espero que esa visión del medio rural tan positiva que hemos sacado tras esto, la sepamos explotar correctamente tanto nosotros como las instituciones locales y podamos avanzar positivamente.

–¿Qué soluciones ve posibles para frenar o, al menos, hacer disminuir este problema?

–El problema de la despoblación no es de ahora. Lleva mucho tiempo. Habrá comarcas y provincias que lo tendrán muy complicado y otras que no lo tendrán tanto. Habrá determinadas comarcas en las que se desarrollarán ciertas actividades. Ojo, no solo actividades económicas, sino una actividad social y cultural. Para que la gente tenga un buen nivel de vida y se mantenga en el pueblo, tiene que haber una gran actividad social y cultural. Tiene que haber vida en el pueblo. Obviamente, también tiene que haber trabajo y negocios para que la gente pueda quedarse a vivir en el pueblo.

–¿Cree que estamos avanzando en frenar la despoblación en el medio rural?

–Si te soy sincero, no lo sé. La realidad es que, cada año que pasa, hay menos gente en los pueblos. En lo general, es así. Es la cruda realidad. Con lo cual, en algunas cosas puede que estemos avanzando, pero siempre hay que incidir, te lo decía antes, en que no nos quiten ningún servicio porque no podemos ser ciudadanos de segunda, eso está claro.

–Piense en el futuro, por ejemplo, en dentro de 20 o 30 años. ¿Podremos llegar a decir que los pueblos han vuelto a revivir, que el problema de la despoblación se ha solucionado?

–No, para nada. Ojalá que sí, pero lamentándolo mucho el problema de la despoblación no se va a solucionar en muchos años. Tenemos un modelo cultural que es plenamente urbano y eso no lo vamos a contrarrestar ni lo vamos a poder cambiar. Lo puedes paralizar un poco, pero hay determinadas zonas del país que desaparecerán y determinados pueblos que quedarán para la historia. Es así de triste.