Luis Pastor es un cantautor y compositor español con una gran carrera musical. Desde pequeño, su sueño siempre fue ser cantante y, ahora, con 68 años, sigue disfrutando como el primer día de su mayor pasión. Este sábado, en el festival Las Noches de Toro, presentará su espectáculo “Canciones y memorias”, en el que hará un repaso tanto a sus composiciones más recientes como a aquellas más antiguas.

–¿De dónde le viene esta pasión por el cante y la música?

–Esta pasión me viene de niño. Yo creo que hay personas que nacemos con esa necesidad de cantar a lo largo del día y expresar nuestras emociones a través de la música. Ese, sin duda, era yo. Desde pequeño mi sueño siempre fue ser cantante. Escuchaba prácticamente todos los días a artistas como Joselito, Manolo Escobar, Valderrama, Molina o Farina. Yo quería ser como ellos, eran mis referentes y mis modelos a seguir.

–¿Y por la poesía?

–Yo creo que me vino un poco por la necesidad de escribir mis propias canciones. Yo comencé a cantar a los 16 años y ya cantaba poemas. Luego, una vez que ya empecé a componer y a escribir mis propias canciones, pues me centré más aún en la poesía. Es un mundo fascinante. Yo leía a muchos poetas, diría que ese fue mi aprendizaje hasta que ya me puse a escribir. La verdad que es algo que me apasiona con locura.

–¿Cómo fueron sus comienzos dentro de la música?

–Comencé desde muy joven cantando y actuando por diferentes zonas cercanas a Madrid, que es donde yo vivía. Desde el lado del cantautor, yo entendí la música, el cantar, como un modo de lucha, de reivindicarme, y de abrir ventanas a la creatividad. Iba todo un poco unido. La experiencia y la vida de finales de los años 70, yo como hijo de inmigrantes campesinos, de la clase obrera y trabajadora… la música me sirvió para luchar y para animarme un poco y, sobre todo, animar a toda esa gente luchadora. En este país, la cultura y la poesía estaban prohibidas por dichas épocas. Los libros de grandes poetas como Lorca, Miguel Hernández o Rafael Alberti estaban prohibidos en España. De alguna manera, pues yo también quería difundir un poco esa maravillosa poesía prohibida por aquel entonces y desde niño empecé a componer, cantar por cualquier lugar y, sobre todo, aprender, disfrutar y vivir.

–En los años 80, con “La Movida” y la fama que llegó a alcanzar el pop, ¿cree que los cantautores como usted pudieron sentirse un poco fuera de lugar?

–En principio por uno mismo. Yo veía que los gustos musicales por aquellos años eran otros, bueno, creo que todos lo veíamos. Para mí, los años 80 fueron años de aprendizaje, de progresar y también de aportar desde el punto de vista del cantautor una visión crítica y social. Poco a poco se fue diluyendo todo esto y hubo que dejar paso a otras generaciones, otro tipo de música, otras ideas diferentes, pero bueno, uno cuando ya lleva tantos años se da cuenta de que “el Guadiana” del cantautor pasa por momentos en los que estás ahí y el agua fluye, y momentos en los que te toca remar, sacar fuerzas y mirar siempre para delante. Es un poco como la vida misma. Hay etapas buenas y etapas no tan buenas.

–¿Diría que algunos géneros musicales como, por ejemplo, la copla o el flamenco, sufrieron cierto desprestigio por aquellas épocas?

–En los años 70, la copla sufrió un poco de desprestigio, no por los creadores o los artistas de copla, sino porque el régimen franquista había hecho de esas raíces musicales y de esa cultura, del flamenco y la copla, su propia seña de identidad. Por lo tanto, cuando el régimen franquista cae, pues es cierto que a estos géneros se les aparta un poco. Posteriormente, poco a poco y gracias a los cantautores, la copla vuelve al lugar que realmente le corresponde y se le deja de asociar al franquismo, porque la copla para nada era del franquismo, simplemente se había hecho una asociación al régimen, pero para nada era así y eso hizo que tuviera una época dura. La copla siempre me ha parecido un género musical precioso, pero le pasó lo que pasa con todos los géneros musicales. Todo va por épocas, unos años el flamenco está arriba, luego llega el pop y se vuelve el género más escuchado, luego pasamos al rock, etc. Así es esto. Va por épocas.

–Cuenta con una gran carrera musical con buenos momentos pero, supongo, que también algunos malos. ¿Pensó alguna vez en tirar la toalla y dejarlo?

–Yo dejé de cantar con 27 años, en el año 1979. Fue un parón momentáneo porque yo nunca he pensado en retirarme del mundo de la música. Es cierto que ha habido momentos muy duros, de replantearte todo, de parar, reflexionar y seguir. Yo tuve ese momento en el 1979. Mi situación era complicada y decidí parar para coger fuerzas y ya continuar. Fue una época dura pero que me sirvió de mucho aprendizaje y de conocerme a mí mismo. Hay momentos de crisis en los que te planteas todo, pero yo nunca en mi vida he pensado en retirarme de la música. Ni en todos estos momentos que te digo de bajón ni ahora de tan mayor. Tengo la pasión por la música intacta. Desde pequeño este ha sido mi sueño y soy un afortunado de haberlo hecho realidad y disfrutar haciendo lo que más me gusta.

–Presenta en Toro su espectáculo “Canciones y memorias”. ¿Qué espera de la actuación? ¿Se muestra ilusionado?

–Estoy más que ilusionado. Llevamos mucho tiempo sin hacer lo que más nos gusta y la verdad que subirse a un escenario siempre es algo maravilloso. Espero que el público disfrute con mi música y pasemos todos juntos una gran noche. Voy a cantar cosas nuevas, pero también algunas menos recientes. Respetando y cumpliendo todas las medidas que se han establecido para garantizar la seguridad y evitar riesgos, seguro que todo sale de maravilla y podemos disfrutar de un gran sábado noche.

–Con esta nueva normalidad, ¿el reencuentro con el público es más especial todavía?

–Por supuesto. Ahora mismo vivimos una situación que jamás nos la hubiéramos imaginado. Desde la distancia, sin tener mucho contacto, con nuevas medidas… al final es algo a lo que nos tenemos que acostumbrar, no nos queda otra. Ya te digo, para mí, volver al escenario con la maldita pandemia es algo muy especial. Esta pandemia está determinando todos los aspectos de nuestra vida, pero hay que acostumbrarse a ello y disfrutar. Yo siempre digo que en esta profesión con que haya un solo oído escuchándote, un solo corazón, ya habrá valido la pena todo.

–¿Ha alterado mucho su gira el coronavirus?

–Sí, a mí como a tantos otros. Yo, por ejemplo, en abril tenía varios conciertos con la Sinfónica de Extremadura, que obviamente fueron suspendidos. También muchas de las actuaciones que tenía para este 2020 han sido suspendidas. En fin, es la situación que nos ha tocado vivir. A todos nos ha afectado mucho esta pandemia, a algunos más y a algunos menos, pero para todos han sido meses muy duros y también nos ha afectado a nuestro trabajo. Aunque a mí también me ha servido para seguir aprendiendo y componiendo, la música la puedes realizar en cualquier parte y durante estos meses he seguido creando y palpándome de música.

–De cara a un futuro, ¿tiene algún nuevo proyecto en mente?

–Pues la verdad es que tenía pensado para este año grabar otro disco, estaba casi hablado y cerrado, pero con esta situación pues habrá que esperar para más adelante. Ahora mismo no hay fecha ni nada porque con esta pandemia no puedes hacer planes a largo plazo. Mientras tanto, está el disco nuevo, está “La Paloma de Picasso” y, bueno, difundirlo e ir por todas las ciudades que podamos y vivir un poco el día a día. Lo que llegue, llegará. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es a vivir el día a día y el presente.