Rafael Amargo se trata de uno de los mejores coreógrafos y bailaores de flamenco de nuestro país. Esta noche, en la plaza de toros, será el encargado de inaugurar una nueva entrega del festival Las Noches de Toro con su espectáculo flamenco “Íntimo”, uno de los recitales más puros dentro de este arte junto a un concepto contemporáneo que siempre está presente en las coreografías del bailaor granadino.

—¿De dónde le viene esta pasión por el baile y el flamenco?

—Pues es un arte que yo he vivido desde que era pequeño. En mi casa siempre ha habido una gran afición tanto al baile como al flamenco. Es algo que me inculcaron desde niño y lo he vivido prácticamente toda mi vida. Yo soy de Granada, de Andalucía, y por esa zona el flamenco es una de las mayores pasiones. Tanto en mi propia casa como en fiestas populares, este género musical siempre estaba presente y de eso me vino esta pasión. También por mi padre, que era cantaor de flamenco y, sin duda, mi gran referente.

—¿Cuáles son sus primeros recuerdos relacionados con el baile?

—Pues mis primeros recuerdos relacionados con el baile tienen que ver con el cine. Concretamente con la película “Carmen” de Carlos Saura, con el bailaor Antonio Gades de protagonista. Yo vi esa película y le dije a mi familia: “yo quiero ser como ese hombre” y mi familia me contestó: “ese hombre es actor y bailarín”. A partir de ahí, me di cuenta de que quería dedicarme a esto. Por aquellas épocas, en Granada no había escuelas para actores, pero sí que había escuelas de baile. Por lo cual, yo me apunté a varias de la ciudad y empecé a perseguir mi sueño.

—¿Cómo fueron sus comienzos dentro del mundo del baile?

—Comencé desde muy pequeño. Tenía tantas ganas de iniciarme en este mundo y estaba ya tan acostumbrado a bailar, que lo hice en cuanto pude. Concretamente, empecé a los 13 años actuando en el Festival de Angoulême en Francia, un festival internacional de danzas autóctonas de cada país. Tres años más tarde, a los 16, me fui a Madrid y tuve la suerte de comenzar con Lola Flores en una de sus mejores etapas. A raíz de eso, seguí mejorando y aprendiendo a la vez que actuaba por la zona en diferentes locales.

—Con esta nueva normalidad, ¿el reencuentro con el público es más especial todavía?

—La verdad es que sí. Con la pandemia del COVID-19 por la que aún estamos pasando, estamos trabajando muy poco, pero siempre es especial subirse a un escenario y ahora más tras tanto tiempo sin hacerlo. Esperemos que haya mucho calor, calor humano, que de lo otro ya vamos sobrados (ríe) y la gente de Toro se divierta con nuestro espectáculo en el que hemos trabajado muchísimo. La verdad que estoy muy contento y con muchas ganas de actuar.

—Se han cerrado muchos tablaos así como locales flamencos. ¿Considera que la crisis sanitaria ha afectado de manera especial, dentro del ámbito cultural, a artistas relacionados con este género?

—Está claro. Siempre se ha dicho que cuando llueve, llueve para todos. La crisis sanitaria ha afectado mucho a las artes escénicas. Además, como dices, muchos tablaos se han cerrado que era donde más actuaciones había de baile, de cante y también de música. Ahí los artistas flamencos tenían un dinero extra con el que ahora no pueden contar. Esto ha afectado muchísimo ya que no les permite generar ingresos económicos y, además, el placer de actuar frente a un público ya que la mayoría de los locales están cerrados y las actuaciones para este año, suspendidas o aplazadas para más adelante.

—¿En qué bailaores se suele fijar? ¿Cuáles son sus maestros o referentes?

—A mí me gusta mucho fijarme en los antiguos. Algunos que ya no están entre nosotros como Antonio Gades o Mario Maya. Los estudio viendo sus vídeos, sus actuaciones e intento adaptar mi método a lo que ellos hacían. Dentro del mundo del baile, diría que son mis modelos a seguir ya que he visto numerosos vídeos suyos con el objetivo de igualarles y acercarme a cómo lo hacían ellos. Una tarea más que complicada ya que estamos hablando de dos de los mayores bailaores y coreógrafos de la historia de nuestro país.

—Presenta en la localidad toresana “Íntimo”, su gran espectáculo flamenco. ¿Cómo lo definiría?

—“Íntimo” es un espectáculo directo al corazón, que no tiene dramaturgia, es solamente cantar y bailar. Se trata de un recital muy puro dentro de este arte que es el flamenco y en el que hemos trabajado, tanto yo como todo mi equipo, muchísimo, y le hemos dedicado horas y horas y la verdad que estoy muy contento por el resultado y por el espectáculo en sí.

—Además del concierto de hoy en Las Noches de Toro, ¿tiene más actuaciones programadas para este 2020?

—Sí. Ahora tengo la gira del programa PLATEA, un programa que tiene el Ministerio de Cultura, y voy a tener actuaciones por localidades como Tudela, Valdepeñas, Almería o Murcia. Además, estoy montando una obra nueva, “Yerma”, del gran Federico García Lorca, que la estrenaré el día 2 de octubre, si todo avanza positivamente, en la localidad de Xàtiva, en la Comunidad Valenciana. Se trata de un año muy raro pero, siguiendo las medidas sanitarias correctamente, podremos disfrutar del baile y del flamenco aunque, eso sí, en menor medida y mucho menos de lo que realmente nos gustaría.

—¿Ha alterado mucho su gira el coronavirus?

—Lo bueno es que la gira del programa PLATEA al final sí que se podrá realizar, pero es cierto que muchas de las actuaciones que tenía programadas se han suspendido. Con esta situación, lo primero es lo primero y eso, sin ninguna duda, es la salud. Tendremos que esperar a que todo se calme.

—¿Qué espera de la actuación de hoy? ¿Se muestra ilusionado?

—Me encuentro muy ilusionado, con muchas ganas y espero que la actuación tenga una gran acogida entre el público. Espero que la gente se divierta con nuestro espectáculo, cumpla las medidas sanitarias y todo vaya de la manera correcta. Es un espectáculo que al público le gusta mucho y esperemos que en Toro también guste. También estoy nervioso, no te voy a engañar, porque llevaré más de seis meses sin subirme a un escenario. Pero, ya te digo, muy ilusionado, contento y con muchas ganas de volver a actuar y disfrutar de mi mayor pasión.