Toro celebró este domingo la fiesta del Corpus Christi durante la que los participantes recordaron a las víctimas y enfermos de coronavirus, ante el único altar instalado en el Pórtico de la Majestad de la Colegiata.

La pandemia impidió que la fiesta se trasladara como en años anteriores a las calles de Toro aunque la celebración fue solemne y contó con la colaboración de las cofradías de la ciudad. Con un aforo limitado al 50 por ciento de su capacidad, la Colegiata acogió en primer lugar una eucaristía concelebrada por los párrocos y el diácono de Toro y, acto seguido, se celebró la procesión claustral hasta el Pórtico de la Majestad, en el que las cofradías de la ciudad habían instalado el único altar de la fiesta, junto al que se colocaron responsables de cada hermandad portando los guiones.

Ante el altar, los participantes en la procesión recordaron con emoción a las víctimas y afectados por el COVID. El Santísimo permaneció expuesto en el altar mayor de la Colegiata hasta las 18.30 horas y durante toda la jornada numerosos toresanos se acercaron al templo para adorar al Santísimo.

La fiesta del Corpus Christi concluyó con el rezo de las vísperas, la bendición solemne y la reserva del Santísimo, a la espera de que el próximo año la celebración pueda trasladarse de nuevo a las calles de la ciudad. Los párrocos de Toro han agradecido públicamente la colaboración de los toresanos en la fiesta, durante la que dieron un "ejemplo de responsabilidad, fe y compromiso con el regreso a la normalidad".