Aunque la pandemia del coronavirus ha trastocado los planes de expansión de la Ruta del Vino de Toro, la asociación promotora del proyecto e integrada por 59 socios tratará de reactivar el sector con una campaña de promoción internacional y novedosas experiencias para, como reza su lema fundacional, "dejar huella" en los aficionados al turismo enológico. El último informe del Observatorio Turístico Rutas del Vino de España publicado por la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) avala que el trabajo realizado por la asociación Ruta del Vino de Toro empieza a recoger sus frutos, ya que en su primer año como recorrido enológico certificado recibió un total de 35.885 visitantes, lo que ha permitido que escale hasta la cuarta posición de destinos enoturísticos de Castilla y León preferidos por los visitantes, que buscan en el vino y las actividades paralelas que se organizan en torno a tan preciada bebida disfrutar de su tiempo de ocio o de vacaciones.

Del citado informe anual, como apuntaron responsables de la asociación, se desprende que de las ocho rutas certificadas de la región, el recorrido enoturístico de Toro ocupa el cuarto lugar en cuanto al volumen de turistas totales y el tercero si solo se tienen en cuenta las visitas a bodegas. Del total de visitantes que durante el 2019 eligieron la Ruta del Vino de Toro como destino, el 90 por ciento proceden de diferentes puntos de la geografía nacional y el 10 por ciento restante se corresponde con viajeros extranjeros, por lo que uno de los objetivos futuros que se marca la asociación de cara a la reactivación del sector en los próximos meses y, especialmente en 2021, será la promoción internacional de todos los recursos que aglutina el recorrido enoturístico creado en torno al vino de la Denominación de Origen.

No obstante, como remarcaron responsables de la Ruta del Vino, a los datos del volumen de visitas habría que sumar los turistas que recibe el Museo del Queso o las miles de personas que participan en otros eventos que se celebran en Toro en torno al producto estrella de su gastronomía, tales como la Feria del Vino organizada por la Denominación de Origen o la tradicional fiesta de la Vendimia que, con el paso del tiempo, se ha consolidado como un reclamo turístico de primer orden. Además, el informe detalla que, a nivel nacional, el impacto económico del enoturismo superó durante el pasado año los 85,5 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 5,68 por ciento respecto al 2018. En el caso concreto de la Ruta del Vino de Toro, el gasto medio por visitante en tienda alcanzó en 2019 los 32,2 euros.

Las cifras recogidas en el informe anual, que por primera vez analiza la evolución de la Ruta del Vino de Toro desde su certificación, "nos dan ánimo y fuerza para seguir trabajando", apuntaron responsables de la asociación, integrada en la actualidad por 59 socios de los que 22 son bodegas, al margen del Museo de Vino de Pagos del Rey en Morales de Toro que, en 2019, recibió cerca de 10.000 visitantes.

"Nuestro objetivo es llevar la marca Ruta del Vino de Toro al podio de los destinos enoturísticos a nivel nacional e internacional", señalaron desde la asociación, que ya trabaja en el diseño de una campaña promocional y de comercialización de novedosas experiencias para atraer a más visitantes, especialmente después de que el turismo enológico se haya erigido como una de las alternativas más seguras de cara a la anhelada "nueva normalidad". Para afrontar un futuro un tanto incierto por el impacto del coronavirus en el sector, la Ruta del Vino cuenta con el "apoyo diario" de sus 59 socios, del Consejo Regulador y de instituciones como la Junta o las Diputaciones de Zamora y Valladolid. No obstante, la asociación reconoció que también es "fundamental" el respaldo de las personas del "entorno más cercano" a las que invitó a participar en un iniciativa que "es de todos los que viven, visitan o trabajan en el territorio de la Denominación de Origen Toro".