La residencia Virgen del Canto de Toro, gestionada por la Diputación Provincial, ha logrado contener la pandemia y, en la actualidad, no tiene a ningún usuario aislado, cuando en el "caos inicial" de la emergencia, hasta una veintena de personas tuvieron que ser apartadas por presentar síntomas compatibles con el coronavirus. El diputado de Política Social, Familia e Igualdad, Ramiro Silva, reconoció ayer que el esfuerzo realizado por la institución provincial y por los trabajadores del centro ha dado sus frutos y ha sido posible evitar más contagios, aunque cinco empleados permanecen de baja confinados en sus domicilios.

Precisó Silva que, al inicio de la pandemia, "lo pasamos mal", sobre todo por el desconocimiento general de la enfermedad y porque "no sabemos cómo llegó el virus" aunque, "desde el minuto cero", la Diputación adquirió equipos de protección individual y otros medios como mascarillas, calzas o guantes para que los trabajadores pudieran desempeñar su función con garantías de seguridad.

A pesar de que la institución adoptó medidas al inicio de la pandemia, como explicó el diputado, el coronavirus ha dejado un triste balance en la residencia, con nueve fallecimientos, dos confirmados por COVID y siete que presentaban síntomas compatibles, mientras que otro usuario murió por otras patologías. Una vez que el virus sobrepasó las puertas del centro, la Diputación intentó contener su avance con la adquisición de medios de protección, continuas desinfecciones realizadas por trabajadores del parque de maquinaria, una empresa o la Unidad Militar de Emergencias (UME) y tuvo que aislar a una veintena de usuarios, además de lamentar nueve fallecimientos. Además, una docena de trabajadores dieron positivo en las pruebas diagnósticas practicadas y para cubrir las bajas, la Diputación reforzó la plantilla con la contratación de cinco auxiliares.

Todas las medidas aplicadas han permitido contener la propagación del coronavirus en la residencia toresana que, como reconoció Silva, "ha vivido momentos difíciles" que han sido superados gracias al esfuerzo de la dirección y de todos los empleados que, en todo momento, han intentado prestar la mejor atención asistencial a los usuarios. "Dentro de la desgracia" el centro geriátrico toresano ha tomado oxígeno en los últimos días y su situación "está prácticamente normalizada", aunque no bajará la guardia para intentar evitar un rebrote. En la actualidad, según los datos aportados por Silva, la residencia Virgen del Canto atiende a 33 usuarios, de los que uno ha ingresado recientemente por "motivos de urgencia social".