Ni la pandemia del coronavirus ha logrado que la música deje de sonar en Toro, una ciudad que atesora una gran afición a una disciplina artística en la que se han refugiado muchos toresanos para combatir el lento paso del tiempo del confinamiento. De este grupo de aficionados a la música forman parte los cerca de 220 alumnos matriculados durante el presente curso en la Escuela Municipal "Jesús López Cobos" que, gracias a diversas plataformas digitales y al esfuerzo del director y de los profesores, dedican varias horas de su confinamiento a ensayar y a tocar un instrumento, con el que además de aprender entretienen a familiares y vecinos.

Aunque en otros centros de estudios musicales se han planteado expedientes temporales de regulación de empleo para el equipo docente por la paralización de su actividad, el director de la Escuela de Música de Toro, Casimiro García Llamas, decidió desde la clausura temporal del servicio y con el apoyo de los profesores, explorar distintas alternativas para poder mantener las clases y que los alumnos pudieran continuar con su aprendizaje.

Tras visionar tutoriales publicados en redes por otros músicos como David Muñoz o Víctor Teresa, el director del centro toresano valoró la idea de implantar una educación a distancia y "sin coste" para el Ayuntamiento y para los alumnos a través de distintas plataformas, aunque en función de los medios de los que disponen los estudiantes también se imparten clases por videollamada de Whatsapp o skype. García trasladó su iniciativa al claustro de profesores que aceptaron con agrado la propuesta, sobre todo porque en el caso del aprendizaje musical es preciso mantener una constancia y una práctica continuada.

Del mismo modo, el director comunicó su iniciativa al alcalde, Tomás del Bien, quien apoyó la idea desde un principio. El primero paso, como explicó García, fue adecuar los contenidos de la programación anual para adaptarlos a las nuevas circunstancias con el objetivo de que, además de aprender, los alumnos pudieran disfrutar y que las clases "no fueran tan duras".

El equipo de docentes también acordó en un claustro adaptar los horarios de las clases para que, a partir de las 20.00 horas, los estudiantes "no toquen y no molesten a los vecinos", ya que el aprendizaje de un instrumento requiere "repetir mucho". No obstante, algunos alumnos y docentes del centro dedican parte del tiempo libre del que disponen para amenizar a sus vecinos con sus ensayos, un gesto que agradecen los amantes de la música que, en tiempos de cuarentena, se ha convertido en una válvula de escape para olvidar, mientras suenan los acordes, la pandemia. Los profesores dedican entre seis y siete horas a impartir las clases, mientras que el director acude cada jornada a la sede de la Escuela para desarrollar su trabajo de forma presencial y para responder, a través del teléfono 980 69 33 58 o el correo electrónico escuelamusica@toroayto.es, a las preguntas o dudas que quieran formular los estudiantes o sus padres.

Reconoció García que, gracias a las plataformas digitales y otros recursos, los profesores pueden impartir tanto las clases grupales de música y movimiento o lenguaje musical como las individuales de cada especialidad, clases que también han sido adecuadas a los medios de los que dispone cada alumno. Por otra parte, el director de la Escuela de Música destacó que el periodo en el que ha sido necesario modificar la enseñanza "no se va a evaluar" aunque los profesores realizarán un seguimiento de cada estudiante que tendrán en cuenta en la nota final del curso. El centro, como avanzó García, mantendrá la educación a distancia y las clases virtuales durante el tiempo que se prolongue la cuarentena y permanezcan clausuradas sus instalaciones porque "la música no debe parar".

No obstante, para el director las circunstancias excepcionales provocadas por el coronavirus deben servir para hacer una reflexión sobre la labor que desarrollan los profesionales de la enseñanza, pero también para comprender que no se deben recortar del currículo de las enseñanzas regladas las horas dedicadas a la música o el arte. En este sentido, reconoció que, durante la obligada cuarentena por el coronavirus, el "equilibrio" en muchas viviendas lo aportan el arte en sus diferentes vertientes, el ejercicio físico y la música.