La Comunidad de Regantes del Canal Toro-Zamora ha venido realizando las acostumbradas limpiezas del canal para dejarlo en condiciones de recibir y transportar el agua del regadío, que comenzará a correr en próximas fechas.

Son unos sesenta kilómetros de infraestructura que debido a la labor de mantenimiento que se realiza todos años en estas las fechas no presenta grandes problemas. El presidente Pablo Ballesteros señala que es una tarea que se acomete con maquinaria y, salvo donde haya mucha suciedad, intervienen los guardas para "rayar" la misma y favorecer su posterior extracción del vial fluvial. Pone de manifiesto que "es algo que se ha hecho toda la vida y si, en algún momento se ve que falta algún paño de hormigón o hay alguna fuga, se repara. En el caso de que no sea considerable se toma nota y en la época invernal se comunica a la Confederación Hidrográfica para que la arregle".

Y es que el canal es propiedad de la CHD, que lleva la administración, pero la limpieza es una tarea "compartida" que luego supervisa la Confederación. Ballesteros cifra el coste en unos 10.000 euros que se repercute en la cuota general que se trasmite a la Confederación.

Apunta que el principal problema son los lodos que se dan en zonas de remanso del canal y que se deposita en algunos recodos o en lugares donde vierten aguas torrenciales.

Ballesteros señala que en algunas ocasiones ha habido que intervenir para sacar del canal o recoger algún animal salvaje. Cuando se da esta circunstancia se da aviso a la Guardería Medioambiental.

La Junta de Explotación abordará hoy en su reunión el inicio de la temporada de riego y la dotación con la que vamos a contar en para la campaña 2020.

Es una reunión que está prevista pero que también está pendiente de la evolución del coronavirus.