El hilarante humor que caracteriza al carnaval de Toro volvió a aflorar ayer en la Plaza Mayor durante el concurso de parodias que, cada año, atrae a miles de personas dispuestas a disfrutar de los divertidos montajes que idean los toresanos. Los carnavaleros volvieron a enfundarse el disfraz de actores para representar una función en la que llevan trabajando muchas semanas con el único objetivo de compartir sus incombustibles ganas de transmitir la esencia de la fiesta a un público cada vez más fiel al concurso de parodias. Un halo de secretismo envuelve cada uno de los montajes que tan solo se desvela cuando los actores salen a escena y que, repiten una y otra vez, aclamados por un público entregado a la originalidad y la desbordante imaginación de los toresanos. Es tal el prestigio de los carnavales de Toro que la pareja formada por Alberto Chicote y Cristina Pedroche eligieron la Plaza Mayor para recordar las campanadas y desvelar el vestido que, en una ocasión tan especial, luce la presentadora. Confeti, uvas y los mejores deseos para el nuevo año aderezaron la representación en la que Pedroche también lanzó un mensaje para concienciar a la población sobre la necesidad de frenar el cambio climático y, sobre todo, la lacra social que representa la violencia de género.

Otro grupo de carnavaleros recreó a la perfección el antiguo campamento de Monte la Reina con el deseo de que, muy pronto, el regreso de militares sea una realidad. Los feriantes provocaron la sonrisa del público con los malabares del oso que les acompañaba y un vendedor de colonias expuso su género para intentar captar clientes. Las elevadas temperaturas no invitaban al ejercicio, pero un grupo de esculturales mujeres intentó en un gimnasio perder las calorías ganadas durante las fiestas, mientras que una banda de gaiteros recordó a los toresanos otra de sus fiestas preferidas: la vendimia. Los personajes del videojuego de Mario Bros también cobraron vida durante el carnaval de Toro y un autobús de procedente de China recorrió la Plaza Mayor para que los viajeros pudieran captar con sus cámara la esencia del carnaval.