Pocos toresanos recuerdan una boda de carnaval tan multitudinaria como la celebrada ayer y que sirvió, no solo para reforzar los vínculos de amistad de los novios, Mario González y Conchi Vergel, sino que también contribuyó a ensalzar una tradición enraizada en la historia de la ciudad. Aunque la novia ya había protagonizado el enlace carnavalero hace tres décadas y su pareja había participado en la ceremonia como invitado durante 22 años, en sus rostros se reflejaba la emoción de convertirse en los protagonistas de uno de los eventos centrales de las fiestas de carnaval. Pacientemente, los invitados, que llenaron el salón de plenos del Ayuntamiento, esperaron la entrada de la feliz pareja que, para una cita tan especial, eligió un atuendo acorde a la tradición, y el novio lució capa castellana y sombrero, mientras que la novia optó por un elegante y antiguo mantón .

Durante la esperada ceremonia nupcial, oficiada por el alcalde de Toro, Tomás del Bien, sonaron canciones de antaño y los invitados revivieron tradiciones como el aderezo que unió a los felices contrayentes con una gargantilla. Para sellar su relación, los novios se intercambiaron semillas en lugar de las alianzas y, en enlace fue clausurado con una antigua canción que el novio dedicó a su amiga y la típica gala de Toro. La diversión dio paso a la emoción cuando González recordó al tamborilero toresano, Modesto Martín, fallecido recientemente y que, con su música, amenizó muchas de las fiestas de Toro. Tras posar para las fotos de la boda, los novios accedieron a la Plaza Mayor en la que, antes de iniciar el desfile, deleitaron a las numerosas personas que aguardaban su salida con el "baile del bollo". Los novios y sus invitados desfilaron posteriormente por las calles de Toro acompañados por un grupo de dulzaineros hasta la histórica plaza de toros, en la que revivieron el tradicional baile nupcial. Los invitados tuvieron la oportunidad de compartir la felicidad de la novia durante el "baile de la manzana". Una vez concluido el baile los emocionados novios, sus padrinos, Antonio Martín e Isabel Marbán, y los numerosos invitados compartieron el convite, que tuvo lugar en el liceo del Teatro Latorre.