La producción de vino en la campaña 2019-2020 cayó un 18,7% en Castilla y León, hasta los 1,8 millones de hectolitros producidos, consecuencia de un año irregular motivado por las inclemencias meteorológicas qeu afectaron a la última cosecha de uva. También influye la comparación con 2018, un año excepcionalmente bueno para la producción -en cuanto a cantidad- en el que se alcanzaron los 2,2 millones de hectolitros. La caída fue mayor entre los vinos tintos y rosados que entre las variedades de vino blanco.

Según los datos del Sistema de Información de Mercados del Sector Vitivinícola (Infovi) -que depende del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación- la evolución del sector en la Comunidad se comportó mejor que la media nacional, donde el descenso fue más acusado, concretamente del 25,2%, hasta sumar 32,8 millones de hectolitros de vino, siempre teniendo en cuenta aquellos productores que igualan o superan los mil hectolitros de media, que en España suponen el 98,4% del total.

La entrada de uva en la última vendimia se quedó por debajo de las previsiones que auguraban que rozaría los 300 millones de kilos. Así, bajó, de forma paralela a su conversión en vino y mosto, en un 18,9%, con 251 millones de kilos, casi 60 menos que en la campaña de 2018, cuando sí se superó esa cifra simbólica, hasta alcanzar los 310 millones.

En el conjunto de España bajó la cosecha casi una cuarta parte respecto al año anterior, concretamente un 23%, hasta los 4.900 millones de kilos.

Del total de producción de vino y mosto en el conjunto nacional, 33,5 millones de hectolitros corresponden a vino y 3,7 a mosto, en poder de los productores a 30 de noviembre de 2019.

La producción se localizó principalmente en las comunidades de Castilla-La Mancha, que aglutinó el 54% gracias a los vinos a granel; Cataluña (9%), Extremadura (8%), Comunidad Valenciana (7%), Castilla y León (5%), La Rioja (5%) y Andalucía (3%).

Por debajo de Andakucía se sitúan en este orden Aragón, Murcia, País Vasco, Navarra, Galicia y la Comunidad de Madrid. Los archipiélagos son las comunidades autónomas que menos cantidad de vino producen, cerrando la lista las Islas Canarias.

Las salidas netas al mercado nacional se incrementan un 8,2% respecto del año móvil anterior, alcanzando los 11 millones de hectolitros.

En Castilla y León, de los 1,8 millones de hectolitros de vino producidos, algo menos de la mitad (852.492 litros) correspondieron a vino blanco, un 14,8% menos que en la vendimia anterior; mientras que 969.817 se asocian a tinto y rosado, que sufrieron un descenso aún más importante, de un 21,9% menos.

En cuanto a la entrada de uva, la tinta se redujo hasta los 132 millones de kilos, con un 23% menos; frente a las variedades blancas, que se situaron por encima de los 119 millones, un 13,8% por debajo de 2018.

Cabe destacar que el 43% de la producción de vino en España se ha declarado este año con denominación de origen protegida (DOP), como es el caso de los vinos de Toro. Otro 13% se ha etiquetado con Indicación Geográfica Protegida (IGP), otra figura de calidad.

El 44% restante de la producción se divide entre un 19% del total de los vinos, producidos como varietales sin indicación geográfica, y el resto sumó el 25% de la producción.

El Infovi recoge también unas existencias iniciales de 57,6 millones de hectolitros de vino en España y 5,9 de mosto, con un total, a 1 de noviembre de 2019, de 63,5 millones de hectolitros.

En Castilla y León, la cifra es de 3,5 millones de hectolitros de existencias, de los que solo cerca de 2.000 litros corresponden al mosto y el resto a vino: 1,1 millones de vino blanco y 2,4, de tinto y rosado.