Concentrados y emocionados, los niños de Toro asistieron ayer a la narración de una decena de cuentos gracias a las madres de la asociación infantil Bambalinas, colectivo que organizaba esta maratón en las dependencias del teatro Latorre. Sentados en el suelo, los niños y niñas no solo pasaban una tarde divertida, sino que además tomaban conciencia sobre la existencia de otra forma de comunicarse: el lenguaje de signos, gracias a que una voluntaria de la Asociación de padres y amigos del sordo (Aspas) iba traduciendo todas las historias de forma simultánea.

En realidad, el lenguaje de signos no es algo nuevo para la mayoría de los niños de Bambalinas, puesto que hace poco asistieron a un taller en el que pudieron aprender a transmitir en signos algunos sustantivos fáciles, como los nombres de los animales. En esta ocasión, la profesora volvía a Toro para esta maratón de cuentos que servía, precisamente, para recaudar fondos para la asociación Aspas mediante los donativos voluntarios de los asistentes y la venta de merchandising.

Los cuentos narrados ayer en lenguaje oral y de signos fueron "La revolución de los animales feos", contado por Rocío; "El pedo más grande del mundo", por Ariadna; "¿De qué color soy?", por Vero; "El cuento de la ovejita", por Nuria; "Por cuatro esquinitas de nada", de Lourdes Gamazo; "Elmer", por Canti; "El árbol de las palabras mágicas", por Montse y "Los cocodrilos copiones", por June y Naia.

Bambalinas organiza a lo largo del año varios cuentacuentos solidarios en favor de distintas asociaciones pequeñas, como es el caso de Aspas, radicada en Valladolid.