"El Duero tiene la fama y el Pisuerga le da el agua". Este refrán popular fue recordado ayer por numerosos toresanos que se acercaron hasta el mirador del Espolón o hasta las inmediaciones del restaurado puente de piedra para contemplar de cerca la crecida del río Duero a su paso por Toro, que ayer alcanzó el nivel de alarma, por la aportación de agua procedente del Pisuerga. El pico más alto de la crecida del río se registró a las 17.00 horas cuando alcanzó los 1.583 metros cúbicos por segundo a su paso por el municipio y el nivel del agua llegó hasta los 5,5 metros de altura. Media hora más tarde el caudal empezó a estabilizarse, aunque a última hora de ayer se mantenía en valores elevados, en comparación con las mediciones realizadas durante los últimos días.

Como en anteriores crecidas del Duero en Toro, el agua anegó el pago conocido como "La Bardada" e inundó los paseos fluviales más próximos al puente de piedra, así como la zona de recreo situada en su entorno. La subida del caudal del río también provocó la inundación de los caminos rurales más próximos al pago de "La Bardada", situación que impidió a algunos agricultores acceder a sus parcelas, aunque también ocasionó daños en fincas agrícolas y de recreo e invernaderos que desarrollan su actividad en la vega de Toro. Con el objetivo de evitar posibles incidentes, la agrupación de voluntarios de Protección Civil de Toro mantenía ayer cortados los accesos a los paseos fluviales situados en el entorno del puente de piedra al encontrarse anegados.

A pesar de que Protección Civil había realizado un llamamiento a la precaución y había pedido a los toresanos que respetaran la señalización instalada en los accesos al puente de piedra, numerosos vecinos se desplazaron ayer al paraje en el que se enclava el monumento para contemplar de cerca la subida del caudal del río. En el citado entorno los toresanos pudieron contemplar que el agua llegó a tapar la práctica totalidad de los ojos del puente de piedra, que el pasado año fue restaurado para garantizar su conservación ante posibles avenida de agua como la registrada ayer. Otros vecinos optaron por contemplar los efectos de la crecida del Duero en "La Bardada" y las fértiles tierras de la vega de Toro desde el mirador del Espolón. A la espera de que el caudal del río pueda estabilizarse, en los próximos días serán evaluados los daños que la crecida del Duero ha causado en tierras cultivadas o en invernaderos, así como en fincas de recreo. El caudal del río a su paso por Toro comenzó a crecer el pasado sábado cuando el agua circulaba a poco más de 300 metros cúbicos por segundo, mientras que al día siguiente el nivel rebasó los 1.000 metros cúbicos por segundo, lo que obligó a decretar la situación de alerta que ayer se convirtió en alarma por la aportación de agua procedente del Pisuerga.