Azucarera premiará la lealtad de los remolacheros con un incremento del complemento del azúcar. Así, los agricultores que contraten con la industria, durante la presente campaña y en las dos próximas, recibirán 41 euros por tonelada tipo para un rendimiento medio estimado de 100 toneladas por hectárea y un precio medio europeo del azúcar de 500 euros por tonelada.

Con la decisión de incrementar el complemento que percibirán los cultivadores, Azucarera pretende demostrar que "sembrar remolacha es rentable y tiene futuro" y, por este motivo, ha decidido reconocer la fidelidad de los cultivadores que este año y en las dos próximas campañas entreguen su remolacha en las fábricas de la industria con un complemento de 5 euros por tonelada tipo por cada 100 euros de tonelada de azúcar, cuando el precio medio supere los 400 euros por tonelada. De esta manera, según los datos aportados ayer por la industria, el complemento vinculado a las siembras de la presente campaña, cuyo precio medio europeo se estima ya en un mínimo de 445 euros por tonelada de azúcar, será de 2,25 euros por tonelada tipo en lugar de los 1,80 euros que Azucarera ya está abonando como anticipo. No obstante, si el precio medio europeo finalmente fuese superior a los 445 euros por tonelada de azúcar, el complemento que se pagará será incluso mayor.

La nueva oferta para la próxima campaña supone, por tanto, que para un rendimiento medio estimado de 100 toneladas tipo por hectárea, el ingreso del remolachero será de 36 euros por tonelada tipo, formado por el precio base más las ayudas asociadas al cultivo, al que se le sumará el complemento vinculado al precio medio europeo del azúcar. Así, para un precio medio de 500 euros por tonelada el ingreso para contratos anuales será de 40 euros por tonelada tipo, pasando a ser de 41 en el caso de contratos a dos años. Por otra parte, la compañía también anunció ayer que ofrece a los agricultores la posibilidad de suscribir contratos de cultivo de integración a través de Agroteo que garantizan su rentabilidad, minimizando su riesgo agronómico y el relativo a la inversión realizada.