Alrededor de 500 horas es el tiempo que ha empleado la joven toresana María de Mena para, pieza a pieza, concluir el montaje del segundo puzle más grande del mundo y, con toda probabilidad, el de mayores dimensiones que se exhibe en la provincia. "Vida salvaje" es el título del puzle creado por De Mena e integrado por un total de 33.600 piezas que reproducen, con gran nivel de detalle, una frondosa selva en la que conviven todo tipo de animales, montaje que supone un auténtico desafío para los aficionados a los rompecabezas. Con unas medidas de 5,70 metros de largo por 1,57 metros de ancho, el puzle se divide en diez partes para facilitar su montaje ya que, por sus dimensiones, no sería posible concluir la composición de otra manera.

Cada parte del rompecabezas fue pegada por De Mena en paneles que posteriormente insertó en un bastidor de madera reforzado con listones en la parte posterior con el que ha decorado una pared lisa de seis metros de longitud del salón de su vivienda en Toro. De Mena comenzó a hacer puzles cuando era una niña y, poco a poco, su afición fue creciendo aunque el más grande que había montado hasta "Vida salvaje" contenía 3.500 piezas. Su curiosidad e interés por conocer en profundidad el mundo de los puzles propició que en Internet descubriera el de 33.600 piezas que, finalmente decidió comprar, porque "me encantó la imagen". En ese momento, como precisó, era el puzle más grande del mundo aunque, en la actualidad, existe otro integrado por 42.000 piezas.

Las dimensiones del montaje no amedrentaron a De Mena que, poco a poco y con mucha paciencia, terminó el puzle que ahora exhibe en el salón de su vivienda y que enseña a todas las personas que tengan curiosidad por descubrir una obra que, en una primera impresión, parece un mural. De su tiempo de ocio, De Mena ha empleado cerca de 500 horas en la creación del puzle y siguiendo la técnica que utiliza desde su infancia comenzó por el borde exterior y, posteriormente, separó las piezas por colores y por intensidades hasta crear grupos que enlazó para crear el conjunto que recrea una exuberante selva.

Para la joven toresana el arte de crear puzles no solo requiere paciencia sino también dedicación y, en su caso, ha encontrado en los juegos de rompecabezas una forma de relajarse y abstraerse del día a día, aunque también siente que le permiten adentrarse "en otro mundo". En la actualidad, De Mena dedica su tiempo de ocio a crear otro puzle de 500 piezas y "por ganas" intentaría montar el más grande del mundo, siempre y cuando fuera posible exponerlo en algún espacio amplio en el que pudiera ser admirado por los aficionados.