Vecinos de la travesía de San Antón estudian acudir de nuevo al Procurador del Común y, en última instancia a la vía judicial, para exigir al Ayuntamiento de Toro que "cumplan su obligación" y acometa el proyecto de urbanización de la calle que se mantiene en tierra y que presenta grandes socavones, deterioro que se agrava en época de lluvias. Desde hace más de dos décadas, los vecinos esperan una solución definitiva y, aunque el Ayuntamiento ha mantenido varias reuniones con ellos para estudiar una solución definitiva, por el momento no se ha llevado a cabo ninguna actuación en la travesía, lo que evidencia, en opinión de los afectados, "una falta de interés total". Por este motivo, los vecinos barajan la posibilidad de elevar una queja al Procurador del Común que, hace años, ya emitió un dictamen en el que "aportaba varias soluciones", aunque ni el anterior equipo de Gobierno popular ni el actual han acatado su contenido, Otra opción que estudian los vecinos es acudir a los tribunales para que el Ayuntamiento "cumpla con su obligación". El paso del tiempo ha agravado la situación de la travesía en la que, al margen de viviendas, también se enclavan industrias y negocios que, como subrayaron los afectados, tienen que soportar las quejas de clientes o de transportistas que, en algunos casos, se han negado a acceder a la vía para descargar mercancía por los grandes socavones y el riesgo de avería para sus vehículos. A esta situación hay que añadir, como matizaron los vecinos, que "no recibimos ningún tipo de servicio", a pesar de que "tenemos que pagar los mismos impuestos".

Por otra parte, recordaron que la travesía de San Antón se divide en tres tramos, el primero se corresponde con suelo urbano consolidado que fue urbanizado hace unos veinte años y los vecinos realizaron las correspondientes cesiones, por lo que el Ayuntamiento estaría obligado a acometer la intervención que precisa la vía. El segundo tramo precisa una actuación aislada de urbanización que debería ser sufragada por los vecinos, mientras que el último requiere una intervención aislada de normalización y urbanización que engloba un trabajo de reparcelación y, en este caso, los dos afectados deben realizar las cesiones correspondientes. En varias ocasiones, los residentes han trasladado al Ayuntamiento su disposición a colaborar económicamente en las mejoras que precisa la travesía, aunque por el momento no ha sido posible impulsar un proyecto que regularice la situación de la vía. Incluso, los que residen en el primer tramo han sufragado el depósito de grava en la calle, a pesar de que las cesiones de terreno reaparecen con las lluvias.