Una emotiva concentración organizada por la Fundación Leticia Rosino, en colaboración con el Ayuntamiento, sirvió para reivindicar ayer en Toro el fin de una lacra social como la violencia de género que desde 2003, cuando en España comenzaron a contabilizarse las víctimas de maltrato, ha arrebatado la vida y los sueños de 1.028 mujeres. Decenas de toresanos acudieron a la concentración celebrada en la Plaza Mayor y convocada con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, en la que responsables de la Fundación reclamaron, con la lectura de un conmovedor manifiesto y dos redacciones escritas por alumnos de centros educativos de la comarca de Toro, la importancia de unir fuerzas y, a través de la educación y el fomento de valores como la igualdad o la libertad, erradicar el maltrato hacia las mujeres.

El alcalde de Toro, Tomás del Bien, fue el encargado de dar lectura a la declaración institucional de la Federación Española de Municipios y Provincias a la que, cada 25 de noviembre, se adhiere el Ayuntamiento. En el citado manifiesto, la Federación renovó su repulsa hacia todas las formas de violencia, aunque también se sumó a todas las voces que claman un futuro en igualdad. Del mismo modo, la declaración a la que ayer se adhirió el Ayuntamiento resaltó la necesidad de incrementar los esfuerzos para "dar una respuesta integral a las víctimas y erradicar aquellas actitudes y comportamientos que reproducen la desigualdad y que están en el origen de la violencia de género, contribuyendo a perpetuarlo"

Tras la lectura de una declaración institucional, David Alonso, novio de la joven Leticia Rosino asesinada el pasado año en Castrogonzalo, compartió con los asistentes un emotivo discurso. "Por desgracia hay demasiadas lágrimas derramadas por una violencia sin sentido que deja un vacío profundo a quien las derrama y que jamás se podrá llenar" destacó Alonso, quien también remarcó que cada lágrima contiene rabia, incomprensión, tristeza, sufrimiento y, sobre todo, dolor, mucho dolor. Durante la lectura del manifiesto, Alonso reclamó la implicación de toda la sociedad para erradicar la violencia de género, porque, "cada vez son más numerosas las víctimas y no debemos mirar para otro lado porque, en mayor o menor medida, todos nos convertimos en cómplices con nuestro silencio".

Abogó el joven porque desde diferentes ámbitos como la familia, la enseñanza o la política, se trabaje en conjunto para poner fin a la lacra de la violencia de género y para que la justicia sea proporcional al daño cometido, con el fin de que "los asesinatos tengan el merecido castigo y no salgan tan baratos como en la actualidad".

De hecho, durante la concentración la Fundación Leticia Rosino recogió firmas entre los toresanos para exigir el endurecimiento de la Ley del Menor y que el castigo sea acorde a la gravedad de los actos y al dolor ocasionado a la familia y seres queridos de las víctimas. La lectura del manifesto dio paso a un respetuoso minuto de silencio durante el que muchas miradas se dirigieron al cielo. Acto seguido, integrantes de la Fundación compartieron con los asistentes a la concentración el contenido de dos cartas, en las que escolares de centros educativos de la comarca plasmaron su particular visión de qué es la violencia de género y la exigencia de promover una educación en libertad e igualdad que ponga freno a una violencia que acumula demasiadas víctimas inocentes.

La concentración celebrada en Toro concluyó con el lanzamiento de globos biodegradables de color morado para recordar a todas aquellas mujeres que se aferraron a la vida, pero que no lograron su objetivo por culpa de la violencia de género.