Toro no está a 1.200 kilómetros de distancia de Bruselas, está mucho más cerca. Al desde que ayer una caravana de la Comisión Europea llegara a la ciudad de Doña Elvira para acercar la principal institución de la Unión Europea a los toresanos, y viceversa.

Los "stands" y carpas de la campaña de comunicación "Mi pueblo, mi futuro" se desplegaron en el centro de la Plaza Mayor toresana para llamar la atención de los ciudadanos que hacían su compra semanal en el centro de la ciudad o que salían a tomar el vermut en los soportales de la calle de la Puerta del Mercado. Esa era precisamente la intención de los representantes de la Comisión Europea que se desplazaron hasta Toro, entrar en contacto con todo tipo de ciudadanos para explicarles todo lo que la UE hace por ellos, por los agricultores, por los emprendedores del mundo rural y por la gente de los pueblos en general, informarles de las distintas líneas de ayuda disponibles, pero también cederles el micro para escuchar y tomar nota de sus problemas y propuestas.

Ocho países de la Unión Europea, con cuatro paradas en España, ha recorrido esta campaña antes de llegar a Toro, donde fueron recibidos por el concejal de Cultura y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Toro, Juan Gabriel Álvarez Ávila, y por el vicepresidente de la Diputación de Zamora, el toresano José Luis Prieto Calderón.

El representante de la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea, Diego Villalba de Miguel, con raíces en Abelón de Sayago, fue el primero en coger el micro para dejar claro que "en Bruselas no solo hablamos de la moneda", estar en Europa "nos permite cruzar la frontera con Portugal sin enterarnos, y seguir utilizando nuestro móvil sin que nos cueste más que llamando desde el mismo Toro". Europa también es "una isla de paz en un mundo cada vez más convulso, y el mercado más grande del mundo que permite que los vinos de Toro o las moras de Almendra del Pan se vendan con facilidad en Alemania, en Suecia o, gracias a los tratados de comercio, en Japón". España es el primer productor de agricultura ecológica en Europa, a pesar de que aquí ese tipo de alimentos se consumen mucho menos que en el norte del continente, eso significa que los productos ecológicos españoles se venden fuera y crean riqueza aquí.

Pero pronto los representantes de las instituciones públicas dieron paso en el escenario de la Plaza Mayor a algunos ciudadanos que contaron su experiencia propia y cómo la Unión Europea les ha ayudado a sacar adelante sus proyectos. La primera fue la agricultora Nuria Álvarez, formada en periodismo y publicidad y en administración de empresas, que dejó su trabajo en Irlanda para volver a su pueblo, Almendra del Pan, a labrar las tierras de sus padres, pero en lugar de continuar con el secano optó por el cultivo de zarzamoras y fundo su microempresa: Agroberry. Ella recibió ayudas de los fondos Feader que llegan de la UE a la Junta de Castilla y León para poner en marcha su explotación y, más tarde, ayudas europeas a través del Grupo de Acción Local ADRI-Palomares para financiar parte de su cámara frigorífica y de su obrador, pues Nuria también elabora mermelada y licor de moras ecológicas. Tras años de esfuerzo, Agroberry ya funciona y Nuria recibió el pasado mes de abril un premio a la mejora de la competitividad que le entregó el comisario europeo de agricultura, Phil Hogan.

También la gerente de Torguvi, el Grupo de Acción Local para Toro, Guareña y Tierra del Vino, Ana Cristina Ferrero Iglesias, que explicó en qué consisten los programas Leader y los distintos proyectos que se están financiando en la zona con los fondos que llegan de la Comisión Europea.

Nuria animó a cualquier emprendedor rural a informarse de todas las ayudas que ofrece la Unión Europea, porque "aunque parezca que hay mucho papeleo que hacer, en la Delegación de la Junta y en los Grupos de Acción Local te ayudan con todo", y porque en realidad la Comisión Europea es una institución "más cercana de lo que parece": "yo he tenido menos problemas para hablar con la Comisión Europea y para que me hagan caso que con ciertas instituciones con sede en Zamora", apostilló.

A continuación, dos investigadoras del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, financiado con fondos europeos, explicaron la labor de esta institución para ayudar a los agricultores y ganaderos de la Comunidad, por ejemplo, estudiando cómo pueden ahorrar electricidad en sus explotaciones. También disponen de una cámara de ultracongelación a disposición de todas las empresas cárnicas de Castilla y León para que comprueben la diferencia entre congelar los productos a 80 grados bajo cero respecto a la congelación convencional. Actualmente, en la sede de Valladolid trabajan en la bioeconomía para ofrecer a las explotaciones agrarias nuevas fuentes de ingresos y reducir el impacto de su actividad en el medio ambiente.

Antonio Medina, el toresano al frente de la organización profesional agraria Asaja Zamora, subió al estado para defender la continuidad de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea, "que fue la razón de la creación de las comunidades europeas" y que en el futuro las ayudas se centren en los agricultores y ganaderos. Su intervención fue seguida por Juan Álvarez de la Puerta, un Zamorano que trabaja para la Comisión Europea y que repasó la historia de la PAC y sus actuales objetivos.

Pero la Unión Europea no solo ayuda a los agricultores, también a los ciudadanos que promocionan el patrimonio natural y medioambiental de su tierra, como David de Salvador Velasco, fundador de Europarques, que explicó los cruceros ambientales que su organización ofrece por Arribes del Duero y por el Lago de Sanabria.

Desde la Plaza Mayor de Toro conectaron por videoconferencia con el primer catamarán eólico-solar del mundo, el barco de Europarques en Sanabria que funciona exclusivamente con energías limpias, para que un buzo mostrara al público toresano las profundidades del lago glaciar. Fueron los instantes en los que más público se congregó en torno a los monitores instalados en la Plaza Mayor de Toro.

Para terminar, un representante de Claas explicó como su empresa utiliza Galileo, el primer satélite de uso civil de la Unión Europea, para ayudar a los agricultores a convertir sus explotaciones en la agricultura 4.0, en la que máquinas y aperos están conectados entre sí y con un software de gestión que facilitan todas las labores y permiten ahorrar costes. Para ello se necesita conexión 3G o 4G.

La campaña también llenó el ágora toresana de banderas europeas con las que cientos de vecinos se fotografiaron, monitores táctiles con un pequeño "test" sobre Europa que muchas familias resolvieron entre pequeños y mayores, y un "photocall" para tomar fotos de grupo con la bandera de la Unión.