Azucarera inició ayer la campaña remolachera en la zona norte con la apertura de la recepción en la fábrica de Toro, en la que tiene previsto molturar alrededor de 340.000 toneladas de raíz aportadas por medio millar de cultivadores. El responsable agrícola de la planta toresana, Rafael Muñiz, destacó que la nueva campaña se presenta con "buenas perspectivas" de producción, tras dos años complicados por las siembras tardías, la sequía o distintas enfermedades, y los rendimientos alcanzarán, de media, 110 toneladas por hectárea. En el primer día de campaña, también se confirmaron las buenas perspectivas en cuanto a la riqueza del cultivo, ya que la polarización de la remolacha entregada en la planta toresana alcanzó los 18,2 grados de media. En principio, como apuntó Muñiz, la campaña en la fábrica de Toro se prolongará hasta principios de diciembre, por lo que será más corta que en años anteriores por la reducción de la superficie sembrada de remolacha.

Una de las novedades de la presente campaña es que Azucarera ha decidido posponer la molturación hasta la próxima semana, medida que contribuirá a que pueda "hacer acopio" de raíz que los transportistas empezaron a descargar ayer en la campa de acceso a la planta y que el cultivo permanezca el mínimo tiempo posible en el campo, ya que el agricultor, una vez finalizada la recolección, podrá entregar de inmediato su producción. Por otra parte, Muñiz precisó que alrededor de medio millar de cultivadores de Zamora, Valladolid y otras provincias de la región entregarán este año su remolacha en la fábrica toresana que, en principio, tiene previsto molturar cerca de 340.000 toneladas ya contratadas. No obstante, la industria no cierra las puertas a que otros productores trasvasen finalmente su producción a Toro porque "nuestra aspiración es molturar la remolacha de todos los agricultores que la quieran entregar", apuntó Muñiz. Para la nueva campaña, Azucarera ha invertido 1,7 millones de euros en la ejecución de diversas mejoras en la planta toresana, centradas en dos aspectos: la seguridad alimentaria y la automatización de diversos procesos. Del mismo modo, Muñiz recordó que la industria "tiene en marcha" otros proyectos basados en la utilización de satélites y drones para realizar cálculos de producción en el campo.

Por otra parte, se refirió a las críticas por el nuevo modelo de contratación implantado en la presente campaña y remarcó que "se va a notar en positivo", a pesar de que, en un principio, los cultivadores desconfiaron de que, al margen del precio base, "llegara a existir un complemento". Así, subrayó que los remolacheros que entreguen su producción en Toro recibirán la primera liquidación el 10 de noviembre y que, además del precio base, contarán con un anticipo del complemento del azúcar. De otro lado, Muñiz se mostró convencido de que la remolacha sigue siendo un cultivo rentable en vegas como la de Toro, además de "muy interesante" para "tenerlo en rotación". En la campaña que comenzó ayer, la fábrica toresana empleará a alrededor de 180 trabajadores, entre fijos y fijos discontinuos.