Toro revivió ayer el recuerdo de su "hijo" más ilustre, el director de orquesta Jesús López Cobos, durante un emotivo concierto en el que los sentimientos de admiración y cariño hacia el maestro afloraron tanto en el escenario como en el patio de butacas del Teatro Latorre. En uno de los conciertos más esperados del Festival Internacional de Música Clásica organizado en homenaje a López Cobos colaboraron dos de las agrupaciones que tuvieron el honor de ser dirigidas por el maestro y en las que dejó una huella imborrable: la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) y la Banda de Música La Lira.

En la cita con el recuerdo también participó uno de los hijos de López Cobos, el también director de orquesta François López Ferrer, quien ha decidido seguir los pasos de su padre y ayer dirigió a la OSCyL en Toro, cuyos integrantes volvieron a demostrar sobre el escenario que siguen teniendo muy presente el recuerdo personal y profesional de un referente en el mundo de la música, aunque también, batuta en mano, guió a La Lira en la interpretación de la obra elegida para la apertura del recital, "Alpina Fanfare". La música dio paso a la emoción y una integrante de la Lira, acompañada por su director, Víctor Teresa, entregó a López Ferrer dos regalos, un libro sobre la historia de la Banda de Toro y un manuscrito firmado por López Cobos de la obra "La gracia de Dios". Emocionado, López Ferrer agradeció los obsequios y se comprometió a que la próxima vez que visite Toro dirigirá a La Lira en la interpretación de "La gracia de Dios", como hiciera su padre hace años.

La emoción volvió a aflorar en el Teatro Latorre cuando Teresa recordó a una ex integrante de La Lira, Ángeles de la Sota, fallecida recientemente y a quien la Banda de Toro dedicó ayer su actuación, durante la que interpretó dos obras más, "English Folk Song" y "To Fly Without Winds".

Tras un breve descanso, los músicos de la OSCyL accedieron al escenario para interpretar, bajo la dirección de López Ferrer, obras de dos de los compositores predilectos de López Cobos: Mozart y Arriaga. Batuta en mano, López Ferrer asumió el papel que tantas veces desempeñó su padre en la dirección de la OSCyL en la que dejó un poso imborrable y de la que fue nombrado director emérito. López Ferrer, que recientemente ha sido elegido director asistente de la Orquesta Sinfónica de Cincinnati , demostró sobre el escenario que la música corre por sus venas y dirigió brillantemente a la OSCyL en la interpretación de las obras "Los esclavos felices" de Arriaga y la Sinfonía 36 en Do Mayor de Mozart. El festival dedicado a López Cobos proseguirá hoy, a las 20.30 horas, con el recital que La Rondalla ofrecerá en el Latorre.