El aroma de los racimos de uva recién recolectados ha empezado a impregnar las naves de las cinco bodegas que ya han iniciado la vendimia en la Denominación de Origen Toro, campaña en la que las primeras previsiones apuntan a que la cosecha será inferior a la de pasadas temporadas, por diferentes factores como la persistente sequía, aunque el fruto recolectado será de "extraordinaria calidad". El Consejo Regulador confirmó ayer ya han iniciado la vendimia las bodegas Dominio del Bendito, Quinta Quietud, Numanthia y San Román que han recibido, en algunos casos, uvas no amparadas por el sello de calidad de las variedades albillo o syrah, aunque también han recepcionado las primeras partidas de pies de cuba fermentativos de tinta de Toro.

A las citadas industrias se sumó ayer Bodegas Mazas, ubicada en Morales de Toro que, de madrugada y con tan solo siete grados de temperatura, comenzó a recolectar uvas de las variedades autorizadas verdejo y garnacha, que destinará a la elaboración de sus vinos blanco verdejo y rosado. María de Uña, enóloga de Bodegas Mazas, destacó ayer que, en la primera jornada de vendimia, entraron en sus lagares alrededor de 12.000 kilos de uva de las variedades verdejo y garnacha, procedentes de sus viñedos que se extienden por 140 hectáreas. Recordó De Uña que la bodega pertenece a la Denominación de Origen Toro desde el pasado año y que elabora alrededor de 60.000 litros de vinos verdejo, rosado y tinto roble o crianza, por lo que el resto de la producción de uva que obtiene de sus propias cepas la vende a diferentes compradores. Por otra parte, la enóloga precisó que la bodega inició ayer la vendimia, que realiza de una forma mecanizada y en horario nocturno, con el objetivo de que el fruto entre "fresco" en sus lagares. En este punto, subrayó que las bajas temperaturas contribuyen a que las uvas sufran "cualquier tipo de oxidación", aunque también evitan tener que añadir sulfuroso, con el objetivo de obtener, al final del proceso, un "vino más sano".

Tras la primera jornada de vendimia, De Uña también realizó una primera previsión de la cosecha de uva que, a lo largo de la campaña, se recolectará en la Denominación de Origen Toro y que, como ya habían apuntado expertos viticultores, será inferior a la de pasadas temporadas. En este punto, remarcó que la merma de cosecha podría alcanzar el 30% respecto a un "año normal", descenso de producción que achacó a diferentes factores como la persistente sequía o a que "durante el cuajado hizo viento".

A modo de ejemplo, destacó que en una campaña "normal" la producción en el viñedo de verdejo recolectado ayer, ronda los 5.400 kilos por hectárea, mientras que este año superará ligeramente los 3.000 kilos. A pesar de que, si se cumplen las previsiones, el 2019 "va a ser un año de poca uva", la enóloga subrayó que la calidad del fruto "es excelente", al igual que su sanidad, ya que no se han registrado brotes importantes de enfermedades. En definitiva, aventuró que la cosecha será este año más corta que en campañas anteriores, pero con una calidad "extraordinaria" del fruto que las bodegas esperan que se refleje en los futuros vinos.